En lo que transita del torneo, a Talleres le patearon cinco penales en el Estadio Córdoba, con la particularidad de que todos fueron en el mismo arco, el que da a espaldas al Autotrol. Pero parece que el guardián Matías Giordano tiene un hechizo para contrarrestarlos, porque de los cinco disparos desde los doce pasos, sólo uno llegó a la red: Carlos Fragatta de Sportivo Belgrano de San Francisco fue el único que pudo anotar. Los restantes no tuvieron el mismo destino: dos fueron contenidos por Giordano (ayer ante Ben Hur, ejecución a cargo de Fabián Castillo, y ante Alumni de Villa María, en la primera rueda, responsabilidad de Nahuel Caler). En tanto, dos fueron marrados (Eric Cmhill de Juventud Antoniana, pegó en el travesaño, y Carlos Herrera de Alumni, lo desvió).

“La verdad, la hinchada me ayudó a atajarlo, porque patear ante semejante público, cualquiera se intimida. Noté que Castillo caminó muy recto hacia la pelota, y si quería darle dirección, no iba a ser fuerte. Afortunadamente, me jugué y acerté”, explicó Giordano, el antipenales.