La ley 25.284. El “traje a medida” que le hicieron a Racing Club no le queda bien a la “T”.

Como una extraña mueca del destino, Racing Club recibió la noticia de la promulgación de la Ley 25.284, el régimen especial de administración que le permitiría zafar de la quiebra y evitar su desaparición, con su equipo profesional listo para iniciar una nueva temporada futbolística visitando a Talleres en el Chateau.

Aquel 25 de julio de 2000, el club de barrio Jardín luchaba contrarreloj para levantar las inhibiciones y poder afrontar con todas sus figuras el inicio de la primera era de “J.J.” López. Cuatro días más tarde, la “T” debutaría goleando 3-0 a la Academia en el arranque del Torneo Apertura de Primera División.

Los descalabros económicos que sostenían aquella época de bonanza deportiva ya empezaban a hacer mella en el día a día albiazul. De todos modos, ni el más pesimista hincha de Talleres imaginaba que, cuatro años más tarde, el club de sus amores terminaría prestándole el cuerpo a aquel “traje a medida” que le hicieron a la entidad de Avellaneda, cuyo diseño y confección involucró a dos encumbrados hinchas académicos: el vicepresidente Carlos Álvarez y del senador Carlos Ruckauf.

Una fórmula falible. Aquella normativa que planteaba como meta el saneamiento de los clubes “mediante una administración proba, idónea, profesional y controlada” ya había hecho pie en Córdoba en 2001, con la quiebra de Belgrano.

Su aplicación, con el transcurso de los años, resultaría un remedio para algunos, un paliativo para otros y un agravante para la gran mayoría. En ese marco, la experiencia de Córdoba Celeste (recién encauzada en términos económicos luego de tres años y otros dos gerenciadores) parece ser la menos traumática. Ni siquiera para Racing Club, que logró normalizar su vida institucional después de 10 años, resultaría sencillo sobrevivir a los vaivenes de esta nueva era de las concesiones.

Tanto es así que, movilizado por hinchas de clubes quebrados (Talleres, Ferro y Comunicaciones) agrupados en la “Red Social de Socios por Nuestros Clubes”, la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados de la Nación ya aprobó una prórroga de tres años para el régimen actual, que establece un máximo de nueve años para saldar las deudas con los acreedores. Un objetivo aún lejano para este proceso de Talleres que hoy transita entre sinsentidos y “chicanas”, y que cada vez le agrega más incertidumbre a la realidad albiazul.