Damián Solferino, goleador de Talleres ante Maipú, contó que Saporiti llevó a la reacción del equipo tras el pobre primer tiempo. “Salimos con otra actitud, despertamos y ganamos”, resaltó el atacante.

Talleres mejoró considerablemente su rendimiento de un tiempo a otro. Después de un andamiaje flojo en el primero, salió del vestuario a jugar el segundo con una actitud distinta. El delantero Damián Solferino, artífice principal de la victoria ante Deportivo Maipú, dio la explicación más precisa. No anduvo con vueltas, justificó ese cambio de mentalidad usando un vocabulario no muy apropiado pero que en el ambiente del fútbol se asocia cotidianamente para reflejar momentos. “Estábamos jugando muy mal, sin mostrar nada, pero en el camarín, la charla técnica de (Roberto) Saporiti nos hizo reaccionar. Nos metió el dedo en el culo..., despertamos y por suerte sirvió para que dejemos los tres puntos en casa”, aclaró Solferino, quien llegó al cuarto gol en su cuenta personal. Junto a Roberto Moreira Aldana y Agustín Díaz, son los máximos anotadores del elenco albiazul.

-¿Qué les pasó en el primer tiempo?
-Fue difícil, no encontramos la pelota, el rival golpeó y no sabíamos cómo llegarle. Salimos a ver qué pasaba, y nosotros en esta cancha tenemos que salir a ganar siempre. Pero después cambiamos de actitud, y con otra mentalidad, nos recuperamos.

-De a poco estás cumpliendo con los pergaminos de goleador...
-Trato de no pensar en eso, sino en hacer mi propia historia en Talleres. Yo vengo a aportar mi juego, mi sacrificio, y por eso me mato en cada práctica y cada entrenamiento. Ahora que tengo un lugar lo voy a cuidar como oro.

-¿Fue una presión ese mote de goleador para vos?
-No, para nada, tengo respaldo de todos y sabía que los goles iban a llegar. Hay que estar preparado siempre.

-¿Para qué está Talleres?
-Llegué con el objetivo de jugar un año en Talleres y ascender a la B Nacional. Hay que salir lo más rápido posible de esta categoría.

-Cerraste el partido con un golazo...
-(Risas) La comba salió justa, parecía que se iba, pero le debo haber pegado con el dedo chiquitito. Estoy contento con este presente.