El DT dice que “lo van a tener que echar” para que se vaya. Ya no es abanderado de la gestión de Ahumada ni habla de un proyecto.

Ya no se ve a ese Roberto Saporiti que era el abanderado número 1 de Carlos Ahumada. Ya no se ve a ese Roberto Saporiti que cantaba a los cuatro vientos que Talleres iba a volver a Primera División en 2011 o 2012. Ya no se ve a ese Roberto Saporiti que anunciaba que había un proyecto serio para devolver al club al estatus de “un Boca o un River”. Ya no se ve a ese Roberto Saporiti verborrágico que pedía aliento y comprensión “al Pueblo Tallarín”, como dice su frase de cabecera.

Se ve, en cambio, a un Saporiti fácilmente irritable, con cara larga, con pocas muecas de sonrisa y más preocupado que ilusionado. Sin embargo, dice a quien se le cruce que “está tranquilo”, que “no está nervioso” y que no tiene “nada más que hablar” hasta que el plantel no esté armado.

El técnico, que está en su quinto ciclo en el club, espera que algo pase para que pase algo en Talleres. Ayer volvió a dirigir al equipo en los entrenamientos y ni siquiera la presencia de Federico Lussenhoff (ver página 26) por barrio Jardín le cambió el semblante.

Según palabras de un miembro de Ateliers, el lunes por la tarde lo habían “calmado” para que siguiera al frente del plantel. Todo porque el Sapo había manifestado que estaba “decepcionado” con el armado del equipo.

En el programa la Mesa del Fútbol de Radio Suquía le preguntaron si necesitaba tener una reunión con Carlos Ahumada (el hombre fuerte de la gerenciadora) para definir su continuidad en Talleres. Respondió tajante: “No tengo nada que hablar con Ahumada”.

Rara postura teniendo en cuenta que, una semana después del descenso del equipo al Argentino A, había mantenido una larga reunión con el empresario en el predio de las 24 hectáreas. Rara postura teniendo en cuenta los elogios que el entrenador de 70 años había dado a Ahumada, en desmedro del ex gerenciador Carlos Granero.

Cuando le preguntaron sobre su futuro como técnico, otra vez fue tajante: “No me voy de Talleres. Me van a tener que echar. Tengo un año de contrato y lo voy a cumplir”.

Hoy, con un plantel de menos de 20 jugadores, Saporiti aseguró que está listo para debutar. “Si el torneo arranca hoy juego con los chicos. Ya tengo en mente un equipo con lo que tenemos. No cuento refuerzos hasta que nos los vea entrenando. Pero hoy juego con los chicos”.

El Sapo tiró otra frase que marca cómo está su situación en Talleres. “Sé que puedo estar perdiendo prestigio con toda esta situación, pero es mi responsabilidad”, lanzó el hombre que volvió al club hace dos meses para tratar de evitar la inevitable caída. Tras reemplazar a Raúl Peralta, el Sapo dirigió al equipo en cinco partidos, de los cuales empató tres partidos y perdió dos.

El Torneo Argentino A comienza el domingo 16 de agosto, o sea, faltan exactamente 26 días. A diferencia de lo que está haciendo Racing, el otro representante de la ciudad de Córdoba en el campeonato, Talleres viene dando pasos lentos en lo futbolístico.

Al menos, el Matador tiene asegurado a su técnico, según las palabras de su propio técnico. El “no me voy de Talleres” deberá revalidarse en los próximos días por este Roberto Saporiti que ya no eleva por el cielo la bandera de Ateliers y Carlos Ahumada.