La dinámica de Martín Zapata sedujo a Humberto Grondona, quien agendó su nombre en la lista de posibles refuerzos de Talleres antes de emigrar a Buenos Aires, en diciembre pasado, para asumir como subdirector de selecciones nacionales de la AFA. Finalmente, el mediocampista se quedó en Santa Fe por expreso pedido de Fernando Quiroz, el director técnico de Unión.

–¿Cuán cerca estuviste de ser jugador de Talleres?
–Muy cerca, pero no dependió de mí. Dependió del dueño de mi pase, que es Unión, y que hizo todo lo posible para que no me vaya. Las chances para que jugara en Talleres eran muy grandes, pero el técnico (Quiroz) me quería sí o sí para este torneo y por eso hicieron lo imposible para que me quedara.

–El viernes juegan con otro equipo cordobés, Instituto, que también anda necesitado.
–Sabemos que es un equipo muy difícil, más allá de que llegue golpeado o venga de perder un clásico. Sé que en algún momento va a levantar y va a ganar un partido, aunque espero que no sea éste. Para el viernes le deseo todo el mal a Instituto, porque sinceramente necesitamos sumar de a tres puntos para seguir prendiéndonos en el lote de los que pelean arriba. Para nosotros, sin dudas, será otra final.