A primera hora del 28 de diciembre de 2004, el juez Carlos Tale decretaba la quiebra de Talleres por pedido de sus autoridades. Hoy se cumplen dos años de aquel día, que muchos hinchas albiazules tomaban como una broma del día de los santos inocentes.

El juez aplicó la ley de salvataje 25.284, que permitió evitar la liquidación del club y entregó su conducción a un fideicomiso de control judicial. El objetivo de este órgano es que en un término máximo de nueve años, el club quedara saneado y le permitiera a la institución recobrar su normal funcionamiento.

Al día siguiente se sortearon los fideicomisarios. El abogado Jorge Nasser, el contador José Preve y el idóneo deportivo Mario Sarrá resultaron elegidos. En aquel entonces, al equipo le adeudaban tres meses de sueldos y el DT era José Reinaldi.

El 14 de julio de 2005 le dieron una concesión provisoria del departamento fútbol a Carlos Granero. El 29 de noviembre, Tale le otorgó la cesión definitiva a Ateliers, que formalmente comenzó en enero del presente año.

El 12 de octubre de 2005, el juez fijó la deuda del club en 14.887.043,44 pesos por 232 créditos; una cifra mucho menor a los 51 millones que habían verificado 305 acreedores. Después de que se determina esa deuda, hubo verificaciones tardías y en esa revisión, fueron admitidas nuevas deudas. El fideicomiso ya presentó el primer proyecto de distribución por 1,6 millón de pesos que debe ser aprobado por el juez Tale.