El pibe de 20 años es el único jugador formado en el club que es titular, como aquel Erpen de 2004, la vez anterior en la que estuvo arriba por varias fechas. ¿Cuán exigente y cercano es Medina con el grupo?

Julián Malatini se considera un privilegiado. El pibe tenía tres años cuando aquel Talleres de “JJ”. López había llegado a la punta de ese Clausura 2004 de Primera División. En ese momento, el único pibe del club que era titular se llamaba Facundo Erpen. Ahora que tiene 20 años, el pibe nacido en General Cabrera es el jugador formado en el club que está contemplado en el 11 titular de un Talleres que se mantiene en la punta de la Liga Profesional desde hace cuatro semanas junto con Lanús.

“Mala”, como aquel Erpen que llegó de Entre Ríos, vino del interior. Nacido en General Cabrera como Julio Buffarini y Pablo Guiñazú, quienes pudieron cumplir sus sueños como futbolistas y llegaron a la selección, aunque no pudieron vivir en este Talleres líder que “Mala” disfruta ahora.

“Esos son dos grandes que salieron de ahí. Yo ni arranco, ja. Son historias de pueblo. Las pasaron todas. Yo trato de construir la mía. Me hubiera gustado compartir más tiempo con ‘el Cholo’. Me decía que esté siempre preparado. Cuando “el Cacique” me dio esa chance, la supe aprovechar. Si se puede disfrutar de éste Talleres es por el trabajo de muchas personas”, comentó el pibe de 20 años.

–Llegaste en 2018 al club y cambiaste la historia de los laterales en Talleres, al medir casi 1,90 mts...

–“¿Jugás de central? ¿O sos 9?”, es una pregunta que me han hecho siempre, ja. Siempre jugué de lateral derecho. Quizás un poco más arriba. Más chico era un “fideíto”. Se dio para jugar de 4 y tengo condiciones para hacerlo. Si me ponen de central, lo haré.

–¿Tuviste que ganar peso, como en el caso de Piero Hincapié que llegó con 70 kilos y se fue con 74?

–En el club nos tienen cortitos con el tema del peso, los pies y la fuerza. Sigo al pie de la letra el plan que me da la nutricionista. “El Cacique”, exige. El cambio de Piero, fue tremendo. Se le dio todo.

–¿El DT es tan cercano como exigente?

–No hace falta que lo diga. Es muy exigente. Nos hace que juguemos al límite y que nunca demostremos dolor. Se suele sumar a los picados con nosotros. Siente mucho al fútbol y eso es lo que nos transmite. Somos un grupo joven. Eso ayuda. Trato de aprender de Medina, del cuerpo técnico y mis compañeros.

–¿Lo castigaste en algún picado?

–Sí, por supuesto. Queda ahí. Si tira sombreros, hay que cruzarlo. Si le salen, te gasta hasta fin de año. Ni hablar si es un caño.

–¿Cómo se construyó la identidad de juego?

–Por el buen grupo, por el no creerse más de lo que uno es y por jugar cada partido como una final en serio, como dice Auzqui. Jugamos como entrenamos. Hay mucha intensidad y debe haber buen pie. Sale casi siempre todo lo que nos dice Medina. Quiere ganar algo con el club y nosotros, también. Queda mucho, pero la ilusión está. Para el torneo y la Copa Argentina.

“Mala” nunca se olvidará de 2021. Debutó ante Sarmiento por Copa Liga Profesional, Sudamericana y Copa Argentina, gol ante Unión en actual torneo. “Se lo dediqué a ellos. Mi familia siempre estuvo al lado desde chico. Me llevaron a la cancha de chico. Mis viejos, mis hermanos, al igual que los amigos de siempre, disfrutan de estos momentos. Pensé de inmediato en mi viejos, Julio y Marcela, que los tenía en la tribuna. Y a mis hermanos que no habían podido ir a Santa Fe. También terminé el secundario y algo voy a estudiar, como me pide mi vieja. Me voy a recibir.

–Tras tu debut internacional, el presidente Fassi dijo: “El debut de Malatini fue extraordinario”. ¿Pudiste manejar eso?

–Mi vieja me mandó la nota. Fue con Tolima, en Kempes. Me puso feliz. Pero fue un partido.

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