Venció por 2-1 a Unión con lo que generó. Resistió y zafó de un penal no cobrado. Quedó a dos puntos del líder.

El Mundo Talleres es así. Todo sus habitantes esperaban verlo ganador ante Unión de Santa Fe, en ese terreno tan difícil -se había ido con las manos vacías cuando perdió 2 a 1 (2019-2020), 3 a 0 (2018-2019) y 4 a 2 (2017-2018)-, bien cerca de la punta del Torneo de la Liga Profesional y con el DT Alexander Medina dándose un abrazo con el presidente Andrés Fassi, una sociedad que se espera vaya más allá de diciembre, cuando vence el contrato del uruguayo.

Sin embargo, muy pocos o ninguno imaginaban que vencería con una versión tan efectiva como reclamada por el entrenador albiazul, sus jugadores, la directiva encabezada por el presidente Andrés Fassi y también por la gente. Ni mucho menos que la victoria llegara con un Talleres que se pareció poco y nada al del 2-0 ante San Lorenzo de Almagro que lo precedía, que no administró bien el 0-2 parcial y que terminó con el propio entrenador expulsado por el juez Nazareno Arasa por intentar cortar un ataque rival en el descuento mismo. El mismo árbitro al que le terminó agradeciendo que no viera un penal de Guido Herrera a Juan Manuel García, cuando el partido estaba ya 2-1, gracias al mismo delantero local.

Lo cierto es que los tantos de Mateo Retegui, en el cierre del primer tiempo y cuando Talleres había hecho poco y nada, más el primer tanto en Talleres de Julián Malatini, ocurrieron en las dos primeras llegadas en serio de la tribu del “Cacique”, ante un rival que no lo había dejado jugar, pensando en que sería suficiente para ganar. La “T” llegó una vez más con un remate de Carlos Auzqui tras una buena combinación con Michael Santos (ingresó por Retegui a los 25 minutos de juego).

Tres llegadas y dos goles fue una relación añorada, feliz y la que se espera haya llegado para quedarse. Fue una forma que estuvo ausente mucho tiempo. Más allá del resultado como pudo ser ese triunfo ante San Lorenzo en el que el 2-0 quedó claramente chico y, más atrás, en la definición de la doble competencia anterior. Sí, cuando fue eliminado por Colón en cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional (fue 1-1 en tiempo reglamentario cuando había llegado muchísimo y contra un rival que apostó a llegar a los penales donde pasó para ser, partidos después, el campeón). O también cuando no pudo pasar más allá de la fase de grupos de la Copa Sudamericana porque en partidos como en el debut contra Emelec convirtió el 20 por ciento de lo que generó.

Talleres disfruta de esa efectividad que se hizo presente en el 15 de Abril por un doble motivo: lo situó a dos puntos del líder Independiente, en el mismo tercer puesto (con Estudiantes de La Plata, Aldosivi, Lanús y Colón) y porque lo situó dentro de los que están clasificando a la Sudamericana 2022 y a dos de los que estarían yendo a Libertadores, cuando van siete de los 25 partidos de este torneo. Y con un andar prometedor para la Copa Argentina, en la que jugará por cuartos ante Temperley.

Retegui marcó tras 11 partidos entre torneo de la Liga y Copa Sudamericana. Fue muy bueno para Talleres porque ratificó su poder de gol (salvo en el 0-0 ante Boca, marcó siempre) y para sí mismo porque Medina le ratificó su continuidad, pese a la mejoría de Santos de su lesión, en un partido de mucho roce. “Mala” también dio un mensaje: marcó un gol tras 10 partidos seguidos (algo que ocurre poco para un juvenil en Talleres) y se lo dedicó a su papá, que estaba en la tribuna.