La “T” eliminó al León en la tanda de penales, donde no falló ninguno. En los 90 habían empatado 1-1. En cuartos de final, lo de Medina se miden con Temperley.

Un gol de Michael Santos a cuatro minutos del final, le permitió a Talleres alcanzar el empate 1-1 ante Estudiantes de Río Cuarto y estirar la definición del pase a cuartos de final de la Copa Argentina en tiros desde el punto penal y allí, la efectividad de los albiazules fue plena y se quedó con la llave tras imponerse 6 a 5 sin fallar ni un solo remate.

El conjunto de la capital fue quien manejó el trámite del partido, pecó de ineficiente para conseguir en el marcador la superioridad que había en cancha. Un poco por inoperancia propia y otro tanto porque el arquero Olivera tuvo una gran noche.

Talleres dio un gran paso en su sueño de pelear un título: ahora en la instancia de cuartos de final tendrá otro rival de la Primera Nacional, Temperley.

El partido fue extraño en su desarrollo porque Estudiantes en todo el primer tiempo miró de lejos el arco de Herrera. Nunca pudo arrimar peligro y no remató un tiro franco como para decir “presente” en el partido.

Por su parte, los albiazules fueron los dueños del ritmo del juego, de las mejores ocasiones y, aunque le faltó profundidad, tuvo un par de chances bien claras como para anotar.

Primero fue Francis Mac Allister, quien desde el borde del área remato apenas desviado, iban 32. Y después, a los 38, Santos hizo una gran jugada y dejo a Auzqui de cara al gol, pero el ex Estudiantes metió un enganche de más y terminó rematando cruzado para que el botín derecho de Olivera le ahogara el gol.

Toda la etapa inicial fue propiedad de Talleres, pero sin la efectividad en los metros finales como para plasmar en red lo que hacía en cancha.

Si de efectividad se trata, el León fue un pleno total porque a los seis minutos del segundo tiempo, recuperó un balón en la mitad de la cancha. Cainelli la recibió por derecha y un centro de rastrón derivó en un remate de Nicolás Talpone para el 1 a 0. Un tiro, un gol. Así fue para el de Río Cuarto.

De allí y hasta el final del partido, el Celeste se refugió en su sector y con un dibujo 5-4-1, se las ingenió para no dejarle espacios a Talleres.

Carlos Auzqui era la figura del albiazul y Santos su delantero más potente. Pero eran tan pequeños los lugares para intentar jugar, que el centro fue el arma predilecta de los ganadores, quienes lanzaron uno tras otro sin poder superar a la defensa rival. Cuando las ideas eran escasas, Talleres cambió y mejoró, mientras que Estudiantes cambió para aguantar y se quedó sin nada. Los ingresos de Diego García y Héctor Fértoli le dieron frescura al ataque de la “T” y el terreno y la pelota, que siempre fueron monopolio del capitalino, quedaron definitivamente en su poder.

A falta de cuatro minutos, Fértoli tiró un centro medido y Santos de cabeza puso el 1 a 1 y por fin la justicia asomó en el estadio de Newell’s.

El esfuerzo de Estudiantes por aguantar no dio el fruto esperado. El revolear sin destino la pelota no fue la mejor idea y no tenerla nunca fue el pecado que derivó en la derrota final por penales.

Talleres jugó mucho mejor, pero falló en donde los partidos se ganan y se llevó un susto que no mereció, pero que lo hará reflexionar de cara a lo que viene, si pretende seguir en carrera en la Copa Argentina.

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