La situación de cada uno de los muchos jugadores que pueden ser cedidos en el corto plazo y la razón de esa determinación.

Además de convertirse en un club vendedor –el único del país que en plena pandemia ya ha vendido al exterior dos jugadores (Andrés Cubas y Facundo Medina, a Francia) y ha prestado a dos (Nicolás Giménez, a Emiratos Árabes Unidos, y próximamente Guilherme Parede al fútbol brasileño)–, Talleres decidió adoptar medidas para que su patrimonio futbolístico no se desvalorizara ante la falta de fechas ciertas para el regreso a las prácticas y para el inicio del nuevo torneo de Primera División.

Mientras trata de vender a Nahuel Bustos y a Guido Herrera, el presidente albiazul Andrés Fassi está trabajando también en el préstamo hasta diciembre de varios jugadores más que se sumarán a Giménez y a Parede, quienes hicieron "cabecera de playa", pero no serán los únicos que integrarán el pelotón.

Tomás Pochettino, Leonardo Godoy, Juan Cruz Komar, Dayro Moreno, Nahuel Tenaglia, Franco Fragapane, Joel Soñora, Mauro Ortiz y Junior Arias son algunos de los futbolistas que podrían tener “albergues transitorios” en otras instituciones del exterior hasta fin de año.

¿Los motivos? La idea es cubrir el patrimonio que puso el club en cada futbolista, mantenerlos en ritmo y permitirles jugar, que es lo que todos ellos desean. Y, además, evitarse pagar sueldos onerosos hoy imposibles de afrontar por la institución, en un contexto en el que los ingresos son casi inexistentes.

Talleres traería siete u ocho jugadores y los que se presten volverán en diciembre, para hacer un plantel competitivo para afrontar la liga profesional y la Copa Sudamericana 2021. La idea es darle la oportunidad a varios juveniles del club que están buscando tener un lugar en el plantel profesional.

Como se vislumbra que, si se llega a jugar antes de fin de año habrá un torneo corto, sin atractivos y que nivelará para abajo en lo futbolístico, la alternativa de ser prestados es una salida lógica y hasta conveniente para los futbolistas involucrados en las operaciones, que se verán beneficiados en lo físico, futbolístico y económico.

Además, los jugadores tendrán una vidriera internacional para revalorizarse, después de varios meses “pandémicos” sin entrenarse ni jugar como un profesional del fútbol necesita y requiere.