La “T”, que fue muy peligroso en ataque, sufrió atrás y en el final Racing le empató 3-3 en el Kempes.

Los goles de Nahuel Bustos y de Jonathan Menéndez merecían mucho más para un Mundo Talleres conmovido por tanta derrota seguida. Por la forma y porque haberse puesto 3-2, tras haber estado perdiendo por 0-1 y 1-2 contra un Racing de Avellaneda primo del que salió campeón de la Superliga pasada, significaba un premio para semejante puesta en escena del acto ofensivo.

Los goles, la superación inicial, la recuperación de la sociedad Nahuel Bustos, Nahuel Menéndez y Dayro Moreno, más el surgimiento de otras como la de José Mauri con Andrés Cubas y “la vuelta” de Fragapane, habían sido noticias muy fuertes para un Talleres que venía flaco y vacío de fútbol. Sin embargo, por más que goles que haga, la “T” sigue siendo adolescente. No pudo defender lo logrado y tampoco pudo cerrarlo.

“El Cacique” Medina paró un Talleres bien agresivo como le gusta, pero volvió a carecer del respaldo defensivo. Además, en el 3-3 final de Cristaldo, lo encontró sin Nahuel Bustos y sin Dayro Moreno, algo que provocó que Racing se le terminara de venir con todo. “Vamos al frente y nos convierten muy fácil. Hay que seguir trabajando”, dijo Medina, quien argumentó que tanto Bustos como Mauri le pidieron el cambio.

Talleres se recostó sobre una defensa que defendió con tres, en muchos pasajes, literalmente. Y salvo cuando entró Leo Godoy, el tridente Komar, Tenaglia y Medina, estuvo en soledad.

El desequilibrio es notorio. Lo saben los jugadores, el DT y el presidente Andrés Fassi. Después de los partidos ante Godoy Cruz, en Mendoza, (domingo que viene a las 19.40) y Unión (el sábado 7 de diciembre a la misma hora) caerá el telón y llegará el receso. Será el momento en el que Andrés Fassi entrará a jugar su partido. Y “su juego” no admitirá margen de error si es que pretende que “su Talleres” sea protagonista. Los refuerzos deberán llegar para tender ese puente rumbo al objetivo. Si no, habrá más de lo mismo o menos de lo mismo en todo caso.

Para aprobar

Medina se va a morir con la suya. Para volver a ganar y así cortar una racha de seis derrotas en siete presentaciones apostó a un equipo parecido al que venció a River y dio inicio a la mejor racha que tuvo en la Superliga.

Mantuvo a Bustos (anotó dos goles y llegó a siete), recuperó a Menéndez (volvió a convertir tras siete partidos), sumó a Dayro no y ahí tuvo una gran sociedad que le dio tres goles a Talleres, más una media docena de arribos claros, con dos tiros en los palos.

¿Más? Sumó un gran escudero para Andrés Cubas, que muchas veces se batió en soledad y también reinventó a un jugador que necesitaba en otra expresión y lugar: Franco Fragapane...

Para bochar

El riesgo de jugar con línea de tres le salió caro. Y otro detalle. Talleres no pudo sostener la estructura creativa porque el propio goleador albiazul y Mauri, dos tipos clave, pidieron el cambio por cansancio, obligando a un nuevo cambio táctico.

Así es Talleres. Es lo que tiene. Es lo que hay.