La octava de la "T" logró el título del Torneo del Segundo Semestre de Juveniles de Superliga. En la Primera Nacional, la "B" festejó en cuarta, sexta, quinta y octava.

A los equipos cordobeses que compiten en las principales categorías de AFA, en especial a los tres más populares de la provincia, les cuesta horrores conseguir una regularidad que los haga confiables. Encontrar el equilibrio se les complica tanto de una fecha a otra como, varias veces, dentro del mismo partido.

Con excepción de Estudiantes de Río Cuarto, de gran campaña en la Primera Nacional al punto que se clasificó a la edición 2020 de la Copa Argentina, a Talleres en la Superliga y a Belgrano y a Instituto en la principal categoría de ascenso, se les hace difícil mantener un rendimiento que les garantice el protagonismo que declaman.

Es más, en el caso de la “B”, su campaña (14 puntos) está lejísimos de ser la deseada, mientras que la Gloria suma apenas tres unidades más que los celestes.

En ese marco de austeridad de las grandes satisfacciones que tanto se hacen rogar en el fútbol de Córdoba, las principales alegrías en los últimos días llegaron de la mano de las divisiones formativas, en un hecho para destacar en esta plaza que necesita nutrirse de sus bases para cimentar su futuro.

El sábado, la octava de Talleres logró un nuevo título para la cantera “matadora” al adjudicarse el título del Torneo del Segundo Semestre de 2019 de Juveniles de Superliga.

Lo hizo tras vencer 5-4 por penales a Boca en un partido jugado en el predio de Newell’s. Tras el 0-0, se definió desde los 12 pasos y allí los cordobeses festejaron. Además, la cuarta de la “T” fue subcampeona al perder 1-0 con Newell’s en el suplementario.

Una semana antes, las formativas de Belgrano que participan en los torneos de Primera Nacional de AFA habían dado varias vueltas olímpicas. La cuarta al golear 4-0 a Ferro, la sexta al ganarle 3-1 a Sarmiento, la quinta al superar 2-1 a Atlético de Rafaela y la octava, con el 2-0 también ante la Crema. La novena fue subcampeona al caer con Tigre.

En esta Córdoba sufrida cuando se trata de la redonda y en un fútbol con mercados cada vez más prohibitivos, estos logros en juveniles, que son producto de mucho trabajo, dedicación y planificación, no deben pasar inadvertidos. Y si se sigue por esa senda, en el mediano plazo será tiempo de cosechar la siembra.

Para que cada vez sean más los Bustos y los Amione que nutran los planteles superiores.