En el Kempes, la "T" le ganó una práctica a la Gloria 1 -0 y en la otra empataron 0-0. Hubo juego intenso.

Encuentros de práctica como los dos que protagonizaron ayer Talleres e Instituto en el Mario Kempes son los que sirven en una pretemporada. Más allá de que los jugadores sintieron el peso del trabajo reciente con cargas altas, como es lógico, y el frío no invitaba precisamente a jugar, la intensidad y las ganas que le pusieron los cuatro equipos a ambos compromisos dominaron la escena.

El primero lo ganó Talleres 1-0, pero el trámite fue equilibrado y no hubo superioridad marcada de uno y otro. Mientras Alexander Medina esbozó a un equipo más próximo al que podría arrancar la Superliga, César Zabala planteó un mix en el que observó a varios jugadores de la cantera, como Lautaro Petrucci, Misael Gutiérrez, Nicolás Watson y Mauro Barzola. La similitud fue que ambos DT probaron el mismo sistema de juego: el 4-3-3 inicial.

En el primer tiempo, la Gloria hizo circular mejor el balón, tuvo insistencia para ir al arco de Herrera y el arquero albiazul le sacó arriba un remate de gol de Castelli. Pero le faltó eficacia, esa que sí tuvo la “T” a los 31, cuando en la situación más nítida que tuvo, facturó. Fue tras una buena jugada de Palacios, quien abrió la pelota al área para llegada franca de Pochettino. Su remate rebotó en una pierna furtiva y, atento, el ex Boca y Defensa y Justicia facturó.

El equipo de Alexander Medina ponía énfasis en salir jugando desde atrás con la pelota al piso, corriendo mucho, tratando de jugar en bloque y en distancias cortas y con mucha intensidad.

Las mismas ganas desplegaba Instituto, tratando de cortar la línea de pase del rival y recuperarla rápido, con presión alta e igual intensidad, por eso el trámite del juego se fue “calentando” con el correr de los minutos.

Primero fue por una fuerte falta de Nicolás Watson contra Andrés Cubas, en el PT, que con “gentileza” el volante central le devolvió en el arranque del complemento.

Luego se fue expulsado Gastón Yabale y los ánimos se encresparon más, hasta que a los 35 minutos Pochettino lo trabó muy fuerte a Castelli y el árbitro, atinadamente, a cinco minutos del final, decidió terminar el partido antes de que el juego se descarrilara.

Con decibeles más bajos

El segundo partido arrancó con la inercia del primero, pero la ambición de los equipos no fue la misma que en el primero, por eso terminó igualado sin goles y casi sin situaciones de riesgo.

Talleres lo planteó con un 4-4-2 inicial, con mayoría de jugadores habitualmente no titulares y con Dayro Moreno desde el inicio. Medina necesitaba verlo moviéndose por todo el frente de ataque y decidió darle más minutos.

Zabala, en tanto, también probó un dibujo 4-4-2, con un equipo con más cantidad de futbolistas habitualmente titulares y con los refuerzos Germán Salort, Facundo Silva y Maximiliano López.

La tónica del juego siguió siendo equilibrada, sin un dominio marcado de uno y otro, y con la misma impronta de intensidad en la “T “ como en la Gloria.

El desequilibrio pudo llegar a los 20 minutos del complemento, cuando Salort lo bajó en el área a Fernando Juárez. El penal fue ejecutado por Aldo Araujo, pero el correntino lo anunció mucho, el arquero adivinó y lo contuvo.

El texto original de este artículo fue publicado el 7/07/2019 en nuestra edición impresa.