Tras el retiro, “el Cholo” Guiñazú goza la vida como no pudo hacerlo en casi 23 años de fútbol profesional y se dedica a preparar, junto con la “T”, su partido de despedida.

Dos meses y medio atrás, cuando aún despuntaba marzo, Pablo Guiñazú, a los 40 años, anunciaba en la Boutique de barrio Jardín, de frente a la incredulidad de los hinchas y los socios de Talleres que ocupaban la platea cubierta, su retiro del fútbol. Sorpresivamente para todos, menos para él que venía madurando la decisión desde hacía tiempo, había decidido colgar los botines cuando sólo faltaban cinco partidos para que terminara la Superliga y se decidiera la posible clasificación de la “T” a la Copa Sudamericana, que finalmente se frustró.

Fue también cuando, superado el impacto emotivo inicial por una determinación que tampoco él esperaba y que lo obligó a organizar contrarreloj la puesta en escena que pidió especialmente “el Cholo”, el presidente Andrés Fassi anunció que el club le organizaría un partido de despedida, sin fecha cierta.

Desde entonces, la “feligresía” albiazul espera novedades acerca de cuándo se hará esa despedida que todo el ecosistema albiazul supone multitudinaria y acorde con lo que la trayectoria nacional, internacional y en el club que el volante nacido en General Cabrera, sin dudas, merece.

Este jueves, “el Cholo”, acompañado por Juan Manuel Peláez, dirigente del club, hombre de su confianza y uno de los principales colaboradores de Fassi, pasó al mediodía por la Redacción de Mundo D para hablar sobre los preparativos de ese partido, que se disputará en algunas de las fechas Fifa que habrá en 2019 y que será organizado en forma conjunta por Talleres y una empresa productora de eventos.

Si bien la fecha del encuentro aún no se ha definido, es probable que se dispute en septiembre próximo, en el Kempes. Se enfrentarían un equipo de exjugadores de la “T” y otro de futbolistas invitados por Guiñazú, que integraron algunos de los ocho equipos en los que jugó durante su carrera profesional de casi 23 años.

“Lo que puedo decir es que estamos trabajando fuerte en eso y que lo único que deseo es que sea la gente la que tenga su fiesta. Yo vendré a ser un invitado más. Cuando tengamos la fecha y la programación, toda la gente se enterará. Estoy muy agradecido a Andrés, a Juan Manuel y a toda la estructura del club, porque están trabajando para brindarme esa posibilidad”, dijo Guiñazú, tostado y recién llegado de Playa del Carmen, donde pasó una “miniluna de miel” con su esposa.

Ahora tengo más tiempo para dedicarles a ella, a los chicos y a la familia. Ya no tengo excusas para escaparme (risas). Siempre me acompañaron a todos lados y les estoy eternamente agradecido. Tengo que admitir que alguna vez he sido egoísta en tomar algunas decisiones, como cuando decidí venir a jugar a Talleres y ellos se quedaron en Brasil”, comentó mientras le servían el almuerzo.

“Yo soy jugador, no puedo organizar ni el cumpleaños de 18 de mi hijo, que es ahora. Por ahora, estamos de reunión en reunión y en un trabajo arduo. Imaginate: yo tuve la suerte de jugar mucho en el exterior y trataré de invitar a algunos de esos muchachos con los que tuve el gusto de compartir camiseta. Pero hay que hablarlos, convencerlos y no sé qué compromisos tendrán para la fecha que elijamos”, agregó el exvolante central.

“El Cholo” no quiso revelar los nombres de algunos de ellos. “No voy a decirlos porque es una sorpresa. Pongámosle un poco de suspenso... (risas). La verdad es que estamos en gestiones con varios y aún no los tenemos definidos a todos”, afirmó.

En qué anda hoy

Cuando se le preguntó qué estaba haciendo en estos días de “reposo de guerrero” obligado tras el retiro, Guiñazú comentó: “Por primera vez en mi vida el tiempo me pasa a ritmo normal, sin apuros por prácticas, concentraciones o partidos. Estoy muy feliz, contento, disfrutando del fútbol desde otros costados”.

–¿Cuáles son esos costados?

Juego los fines de semana en dos torneos, el Golden y el de la Ucfa. Espero con ansias los partidos para jugar con los muchachos. Entreno en el gimnasio todos los días una horita y media porque me lo pide el cuerpo. Y el día que no quiero entrenar, tomo clases de tenis en la escuela de Tortugas, donde iba mi hijo Matías. Voy, me divierto y, de paso, me enseñan.

¿Al club vas?

–Dejé de ir por una decisión propia, para no causar ninguna suspicacia ni opinión externa y para que los chicos del plantel estén relajados, tengan su tiempo y convivían sin mi presencia. Sigo hablando con ellos igualmente. Son procesos que demoran.

–¿Te dedicarás a representar jugadores?

–Yo no he dicho nunca eso. Como tampoco sería técnico. Estar al frente de 32 cabezas que piensan distinto no es para cualquiera. Yo no me siento capacitado para eso. Hay que estar muy preparado para manejar distintas situaciones, y a veces difíciles.

–¿Y para qué lado vas a rumbear, entonces?

–Mirá, después de tantos años de carrera y de sacrificio yo ahora me dedico a vivir el presente y a disfrutar. A futuro me encantaría trabajar en algo en lo que uno pueda transmitir lo que ha aprendido, proyectar los valores que mucha gente me ha enseñado, como la humildad, el trabajo, el sacrificio. Desde el lugar que sea, trataré de aportar ese granito de arena a los más jóvenes.

Cuestiones para aclarar

El hincha de Talleres todavía no se explica por qué, estando en su plenitud física y futbolística, como lo sigue estando ahora, aun retirado, no quiso quedarse a jugar los cinco partidos en los que el equipo, con su presencia de líder y referente indiscutido, pudo haber clasificado a la Copa Sudamericana. Y se lo preguntamos.

No pasó por cinco ni por 10 partidos, ni porque la clasificación haya estado cerca o lejos. La gente que piense lo que quiera y que tenga su opinión. Fue mi momento y hasta ahí llegué. Yo siempre dije que el día que no pudiera darle un granito más de positivo a algo, iba a dejar de hacerlo. Amo tanto el fútbol y me comprometí tanto con la institución que no podía seguir estando ahí por estar.

–¿Ya no llegabas ciento por ciento al final de las prácticas?

–Todo lo contrario. Me asusté siempre de cómo yo me sentía, hasta el último partido que jugué contra Palestino, en Chile. Me sentía a los 40 años con la intensidad de un joven de 20. Siempre fui muy autocrítico con ese aspecto. Yo hoy me siento igual o mejor que cuando dejé de jugar. Esto es natural: la carrera de un futbolista tiene un inicio y un final. Y a mí me llegó. Yo terminé más preparado para mi retiro que mi familia y que el resto de la gente.

–Hablando de ese partido. ¿Es cierto que en el vestuario tuviste una discusión con Juan Pablo Vojvoda y que eso aceleró tu decisión de irte?

–Por favor, nada que ver... con Juan Pablo tenemos una gran relación, jugamos juntos en Newell’s. Se dicen tantas cosas... también se dijo que le recriminé a Sebastián Palacios por ese gol que se erró. Quien me conoce sabe que yo no soy así. Y que nunca haría una cosa así en un vestuario. Al grito lo doy donde lo tengo que dar. La única mancha de ese partido fue no haber conseguido pasar a la Fase de Grupos de la Libertadores, que era nuestro gran objetivo.

–¿Pensás que con vos en la cancha el equipo hubiera clasificado a la Sudamericana?

–Si les dolió a mis compañeros mi decisión creo que fue por el día a día que llevábamos, durante tanto tiempo. Y que de un día para el otro no lo tenés más. Pero no por mi ausencia. En este plantel hay muy buenos jugadores, tiene un cuerpo técnico muy bueno que manejó muy bien a los chicos y a los más grandes. El cuerpo técnico ha ido creciendo a la par de ellos. Después, el fútbol es resultados. Con el resultado puesto, todos opinan y saben. No hay que vincular una cosa con otra.

–¿Debe seguir Vojvoda una temporada más?

–Esa pregunta es para el presidente del club, que es el que manda y toma las decisiones. Yo ya no integro más el plantel y como jugador que fui de esa estructura y como un aficionado que soy ahora, desde afuera, tuve la suerte de compartir este tiempo con él. Creo que ha hecho las cosas muy bien. Acá no hay que inculcar sospechas de nada, en un ambiente tan lindo y sano como el que tiene Talleres ahora. El club, en poco tiempo más, estará para cosas muy grandes. Eso es lo que yo veo. Lo veo de acá a 10 años muy potenciado, veo un Talleres internacional. Los resultados pueden darse o no, pero cuando el camino es el correcto, los objetivos, más tarde o más temprano, se terminan cumpliendo.