La “T” se quedó sin respuestas y fue eliminada de la Copa Superliga.

Otra vez, Talleres se quedó en el amague en un partido decisivo. No pudo hacer valer en el campo de juego la ventaja de un gol que trajo a Tucumán, desde el partido de ida, y perdió ante Atlético en el barrio Alberdi por 2 a 0. Así se despidió de la Copa Superliga.

Y lo hizo sin poder de reacción, se fue cayendo despacito, desangelado, desprovisto de personalidad para revertir el primer gol de Atlético. Ese que llegó a los 7 minutos del complemento y por otro de esos desacoples defensivos que a la “T” le cuesta tanto no cometer.

Por lo general son uno o dos por partido, pero que siempre le cuestan goles. Ayer fue el de el primer gol Decano, cuando dejó que Toledo luchara una pelota metiendo el pecho dentro del área y ganándola de puro guapo, para que después Leandro Díaz convirtiera.

Pero antes, a los 39, la “T” había cometido otro yerro grave que por milagro no terminó adentro del arco de Herrera, quien chocó con Komar al querer salvar una pelota que perdió el central. Sólo la mano divina quiso que Leandro Díaz la tirara afuera.

No tuvo alma ni disposición ofensiva para recuperarse. Todo lo bueno que hizo “planchando” el partido en el primer tiempo, tratando de trabajarlo, se fue por la borda. Apenas tuvo una tibia reacción que duró unos pocos minutos. Pero que Herrera haya tenido que manotear dos remates que dieron en sus palos, habla a las claras de que la “T” nunca paró de sufrir.

El segundo gol, el que de penal la picó Toledo a los 39 del complemento, cayó por su propio peso. Con todo ese peso, alma e intención que le faltó a Talleres para revertir su suerte, teniendo con qué hacerlo. Quedándose en el amague y sin nafta cuando aún tenía mucho camino por recorrer.