Las declaraciones del DT Juan Pablo Vojvoda sobre el equipo permiten varias lecturas. 

En sus declaraciones, Juan Pablo Vojvoda no tira piedras ni mucho menos, misiles. Ofrece, eso sí, respuestas que no llegan ser eufemismos, pero que aún maquilladas por la prudencia y la tranquilidad, no dejan de tener una fuerte autocrítica en Talleres.

Vojvoda ya merodeó el tema de la falta de profesionalismo de la estructura que dirige cuando sus jugadores no advirtieron la avivada de “Nacho” Fernández en el segundo gol de River Plate en el estadio Kempes.

El técnico (siempre nadando en aguas calmas) insinuó un rasgo amateur en esa desatención colectiva y advirtió que sería muy preocupante si ese tipo de errores, no igual en las características de la jugada pero sí en la actitud, se repitiera.

Sólo tuvieron que pasar dos semanas para que el entrenador sintiera la necesidad de reiterar el discurso. Sin especular que con sus palabras atentaba contra sus propios intereses, apeló a los mismos términos para explicar lo que para cualquier hincha resultaba inexplicable:

Convengamos: el rendimiento ante San Martín, pero sobre todo, la bajísima predisposición anímica para cumplir roles individuales y para actuar en conjunto, hicieron que los jugadores se mostraran en un estado de amateurismo puro y lograran irritar hasta al más imparcial y al menos comprometido de los espectadores de su lamentable propuesta.

Talleres fue sólo una cara del mundo al revés de un sábado en el que los supuestos menos les ganaron a los supuestos más, lo que certifica lo imprevisible que es el fútbol cuando algunos de los equipos se olvida de las exigencias más elementales del juego, u otros la recuperan en las situaciones más desafiantes y adversas.

Así fue como Belgrano, ya sumergido en las oscuridades del descenso, pudo reivindicar sus raíces y sacó adelante un partido que anticipaba cierta enojo de su gente si al menos no respetaba su esencia pirata. Como agregado anotó tres goles, tal como ante Patronato, aunque no deja de ser un hecho infrecuente en estos últimos tiempos de más lamentos que alegrías.

Por supuesto que no están definidas las cosas en cada llave. Lo seguro es que Talleres tendrá que hacer circular la sangre en su cuerpo a más ritmo para que sus vacaciones no sean más prolongadas de lo previsto. Y Belgrano deberá insistir por lo menos con su esencia para que su descanso tenga que esperar.