El juvenil ex Instituto ingresó en el segundo tiempo de la derrota ante Rosario Central y con la 10 en la espalda. No alcanzó a hacer pesar su habilidad. Puede aportar mucho más. 

No pudo gravitar con su juego. Sólo metió una pelota en profundidad. Todavía se tiene que acomodar al esquema de juego y a sus compañeros.

Así analizó Vía Córdoba el debut de Gonzalo Maroni con la casaca 10 de Talleres, entrando en la segunda parte frente a Rosario Central, a los 

Maravilla ingresó a los 19 del complemento, en lugar de Juan Ramírez. Un cambio que lo privó de una posible sociedad futbolística.

El juvenil surgido en Instituto y que fue cedido a préstamo por Boca mostró apenas pinceladas de su talento, por la izquierda del ataque Albiazul. 

Y le sumó un tiro libre, que no entrañó peligro para el arco del Canalla. Poco de su repertorio, con la promesa de que puede aportar mucho más. En la próxima fecha, el sábado 25 frente a Gimnasia en La Plata, podría ingresar como titular.