La T empató 0-0 ante Huracán en lo que fue el último partido de local de la Superliga. Los hinchas reconocieron la buena campaña y la clasificación a Copa Sudamericana. La Libertadores, difícil.

No fue completo. La alegría inicial que tiró la voz del estadio de que Talleres ya se había asegurado su clasificación a la Copa Sudamericana 2019 no tuvo su colorario en el partido ante Huracán, el último como local de la presente Superliga.

​Fue 0-0 y dejó a los hinchas, aunque siempre agradecidos por el campañón de la T, un poco disconformes porque querían despedir al equipo (¿y a Frank Kudelka?) con un triunfo.

Desde el arranque, Talleres hizo ilusionar a todos en el Kempes. Quintana, de cabeza, les ganó a todos por arriba a los 3 del inicio y su cabezazo pasó cerca. Luego de esa llegada, la cancha mojada y la marca inteligente del rival hizo impreciso el andar albiazul en el partido.

Parecía que Joao Rojas tenía la llave para abrir el partido pero el ecuatoriano se fue diluyendo ante la marca de Carlos Araujo. El mismo ecuatoriano protagonizó la polémica del partido, a los 19, en una gran jugada por izquierda y pareció que lo tocaron abajo pero el árbitro Mauro Vigliano hizo seguir ante las protestas de los 30 mil hinchas.

Luego de esa jugada, empezó el tiempo de Huracán. A los 24, Nicolás Silva hizo volar a Herrera en un tiro desde un ángulo cerrado. Los dirigidos por Kudelka quisieron tomar la posta nuevamente pero encontraron a un rival bien parado. Ya ni Joao Rojas tuvo desequilibrio y su juego fue intrascendente hasta el final del primer tiempo.

El Globo volvió a estar cerca a los 37 con una llegada de Calello que definió desviado. Las llegadas del rival despertaron un poco a la T. A los 42, estuvo cerca de convertir luego de un tiro libre que llegó como centro al área rival y Mauro Ortiz definió desviado. Y así, con un cero a cero que conformaba más al visitante que a los cordobeses, se fueron al descanso.

La segunda parte arrancó como la primera. Con Talleres en el ataque. Al minuto y medio, en emdio de una confusa jugada donde pidieron mano de un defensor de Huracán, lo tuvo Arias que la tiró por arriba del travesaño. A los 10, Gandolfi cabeceó un córner desde la derecha y se le fue desviado. Tres minutos después, Rojas entró de derecha a izquierda y le abrió las manos a Marcos Díaz. El arquero de Huracán tomaba protagonismo.

El equipo visitante, cada vez más conforme con el empate, se paró de contra. Los cambios de Kudelka en Talleres fueron bien ofensivos con el ingreso de Araujo, Silva y Messidoro. La T metía gente en ataque y su rival probaba de lejos con disparos de Pussetto y de Bogado que siempre resolvió bien Herrera, el uno de la T.

Los albiazules presionaban y tuvieron chances de gol sobre el cierre del partido pero los jugadores locales se encontraron un Marcos Díaz gigante. El cuidapalos del Globo le tapó un mano a mano a Aldo Araujo, dos veces y volvió a lucirse con un cabezazo de Santiago Silva.

Y con el cero puesto en los dos arcos, los hinchas se fueron con el agridulce sabor de que la fiesta no fue completa en el último juego de Talleres en el Kempes en esta histórica Superliga.

Con la clasificación a la Sudamericana en el bolsillo, la T quiso más y no pudo. Y ahora viaja a Bahía Blanca a tratar de sellar ese pase en la última fecha.