Contra Godoy Cruz, la “T” tratará de levantar el aplazo de la Copa Argentina. Le siguen costando los rivales que se refugian atrás, lo esperan y le salen de contra.

A partir de hoy, Talleres se verá obligado a cerrar rápido el capítulo de la dolorosa eliminación del viernes, en la Copa Argentina, en Santa Fe, por penales, contra Gimnasia de Mendoza. Después de las charlas de evaluación y autocrítica que Frank Darío Kudelka tendrá seguramente con sus jugadores, comenzará a prepararse el partido del domingo, a las 14.05, contra Godoy Cruz, en Mendoza, por la segunda fecha de la Superliga.

El DT tendrá mucho para trabajar y decidir. ¿Volverá a jugar el equipo que goleó 5-2 a Lanús en el inicio de la Superliga? ¿Retornará Guido Herrera o seguirá Mauricio Caranta en el arco? ¿Algunos de los otros cinco jugadores que cambió para el partido contra el Lobo mendocino continuarán contra el Tomba? ¿Sebastián Palacios, quien no tuvo un buen rendimiento el viernes y marró un penal, seguirá entre los titulares?

Son todas preguntas que se irán respondiendo con el correr de las prácticas. Kudelka, como se sabe, no es de hablar en público sobre rendimientos individuales y lo que deba decirles a sus jugadores, no saldrá del seno del grupo.

Pero cerrar el capítulo de la eliminación de la Copa Argentina no será sin una profunda evaluación sobre lo sucedido en el partido contra Gimnasia. Si los seis cambios incidieron en el rendimiento colectivo del equipo, si hubo algún jugador que subestimó al rival, si se volvió a hacer “fulbito”, si se le tuvo demasiado respeto a un rival de la tercera categoría del fútbol argentino y otras cuestiones que dejó el análisis desapasionado del partido, el DT lo sabe mejor que nadie y no necesita que nadie se lo subraye. Inclusive, Kudelka tiene capacidad de autocrítica suficiente como para advertir si alguna parte de esta historia puede corresponderle, como máximo responsable de este plantel.

Pero así como sobre el final del torneo pasado la principal preocupación pasó por las decisiones equivocadas y las malas finalizaciones de jugadas que incidieron en la falta de gol de los delanteros internos del plantel, hay otra cuestión futbolística que deberá corregir y no es nueva.

Se trata de todo lo que le cuesta a Talleres vulnerar a equipos que se aglutinan atrás, le reducen los espacios, lo esperan y le juegan de contra. El viernes fue Gimnasia, pero un rápido repaso del último torneo permite ver la cantidad de puntos que la “T” perdió frente a rivales de estas características.

El equipo de Kudelka perdió puntos preciosos, que podrían haberlo llevado a clasificarse a una copa, contra equipos como Aldosivi, Quilmes, Tigre y Temperley.

Sus mejores resultados, Talleres los consiguió contra equipos de propuestas abiertas, que abren espacios y dejan jugar. La goleada contra Lanús del debut en la Superliga es una prueba de ello. Encontrar un plan B para vencer a los que le proponen todo lo contrario es todo un desafío.