Rompió el silencio “Bebelo”, luego de quedar involucrado en un tiroteo. Habló de su futuro y de ese incidente.

Emanuel Reynoso quiere volver a ser “Bebelo”, aquel pibe que estaba escribiendo la mejor parte de su historia cuando quedó involucrado en un tiroteo en barrio Estación Ferreyra, lo que le valió una imputación (fue imputado como “partícipe necesario de abuso de arma de fuego”, según la resolución de la fiscal María Eugenia Pérez Moreno), quedar marginado del segundo clásico con Belgrano y planteara un signo de interrogación al sueño de cambiar su vida y la de su familia.

Los partidos que jugó ante Rosario Central y San Lorenzo fueron toda una respuesta. Fue de lo mejorcito que se le vio y fue comparable a los partidos con Boca y Lanús. Sus notas provocaron el interés del club xeneize, de River, Racing y hasta de San Lorenzo, además de Porto, Sporting de Lisboa y Benfica. Y que también decidiera romper el silencio.

“¿Cómo vas? ¿Todo bien?”, le pregunta el propio “Bebelo” al periodista de Mundo D, al atender su celular. “Estoy muy contento. Me tocó hacer partidos muy buenos. en realidad el equipo anduvo muy bien. Respondió en forma excelente y eso me ayudó muchísimo. Hice lo mejor que pude. Estoy contento por el torneo que futbolísticamente hizo el equipo”, dijo “Bebelo” o “Belo”, la versión más corta de su apodo, usada por sus amigos y compañeros.

–¿Fue lo mejor?
–Tuve buenos momentos con Boca y Lanús. En la Bombonera pude convertir. Me sentí bien en los dos últimos juegos. Hubo otros en los que no me sentí tan bien. Pero siempre traté de dar lo mejor para el plantel y el club. Di todo.

–Te vimos más cerca del área en los últimos partidos.
–Sí. Todos me lo pedían. El entrenador, los compañeros. Sobre todo “el Cholo” Guiñazú, Leonardo Gil Javier Gandolfi. Todos me pedían que llegara más al área. Yo les pedía que me la dieran para poder hacerlo. Para no tener que bajar tanto a buscarla. En los últimos dos partidos pude corregirme y me sentí más cómodo.

–¿Te conformó que Talleres conservara la categoría?
–Me quedé con un sabor amargo. El grupo creía que Talleres estaba para más. Si ganábamos los últimos cuatro partidos, entrábamos a la Copa Sudamericana. En un momento dependíamos de nosotros. Después ya no se pudo. Nos quedó ese sabor.

–¿Qué les pasó?
–Nos faltó en la definición. Erramos muchos goles. Desatenciones de todo el grupo. Se perdieron varios puntos. Nos habíamos planteado el objetivo de llegar a la Copa. Pero dejamos todo. Cumplimos el primer objetivo.

–¿El 1-1 con San Lorenzo fue tu último partido?
–No sé. Lo jugué con mucha alegría. No sé si lo será. No hay nada concreto. Mañana (por hoy) me voy a juntar y el presidente Andrés Fassi y mi representante Martin Sendoa. Veo que se habla de muchos clubes, pero a mí no me llamó nadie.

–Nos dijiste que Riquelme era tu ídolo. ¿Tenés preferencia por Boca o por un club del exterior?
–Lo es. Pero no digo nada. Tengo que esperar a reunirme con Fassi. Me dirá qué ofertas hay y las posibilidades. También con Sendoa. Se verá qué decisión se toma.

Momentos bravos

–Tras aquel incidente en el barrio, quedaste afuera del clásico con Belgrano y en las prácticas la seguridad del club, hizo que te fueras por otra puerta. ¿Te costó aceptarlo?
–Viví momentos duros. Quería jugar contra Belgrano, más de local y con nuestra gente. Ya está todo bien y aclarado. Me había tocado concentrar con el plantel y Kudelka tomó la decisión. Quería jugar y estaba un poquito enojado, hablé con Darío y le pedí disculpas y le di la razón. Me protegió y estuvo muy bueno. Le agradezco a Kudelka, por haberme protegido.

–¿Qué pasó el día del tiroteo?
–Estaba en la casa de un amigo y, bueno, hubo un tiroteo. En el momento, no sabía qué hacer. Agarré el auto y me fui para la casa de mi mamá. En ese barrio son todos hinchas de Belgrano y, en la semana del clásico, me querían perjudicar. Le agradezco a Dios porque todo está en manos de la justicia y de mi abogado para que me maneje en todo.

–¿Te provocaron o simplemente te fuiste del lugar porque veías una situación incómoda?
–Sí. Cuando llegaba a la casa de mi amigo, siempre me provocaban. Yo trataba de no mirarlos ni de escucharlos. Ni nada. Y cuando pasó la situación de los disparos, ahí no más, me siguieron agrediendo. Me tiraban piedras. Ahí no más, me fui a la casa de mi mamá para evitar toda esa situación. Llamaron al periodismo para decir que yo había sido el que había tirado. La verdad es que me sentí incómodo. Me dolió mucho. Pero yo sabía y estaba consciente de que no había hecho nada.

–¿Fue un error estar en ese lugar?
–No sé si fue un error. Sí se que tengo que evitar todos esas cosas. Sé lo que es el barrio. Tengo muchos amigos y familiares allí. Trato de ir menos. A mis amigos, los llamo por celular. No quiero volver por un tiempo largo y estar tranquilo en mi departamento con mi novia. Solo quiero pensar en mi futuro.

La familia

Mucha gente sabe lo que María “La Mary” Banegas luchó para que “Bebelo” y sus hermanos no les faltara el pan. Literalmente: cocinaba pan en un horno de barro que tenían en el fondo de la casa para poder vender y que “Bebelo” pudiera tener para pagar el colectivo que lo llevaba a practicar a Talleres.

–Decís que te recuperaste, ¿pasó igual con tu familia?
–Gracias a Dios, mi familia está bien. Están tranquilos. Fue un momento muy duro para ellos. Para todos, por lo que había pasado. Sabemos que todo va a pasara y se va a solucionar.