Javier Gandolfi sabe cómo se mueve el Mundo Talleres en la derrota. El defensor cree que el plan del técnico Kudelka sigue siendo la llave para todo y lo dejó claro.

Talleres vive la etapa de los partidos contra sí mismo. Cuando rivales como Quilmes le proponen un partido cerrado y la falta de definición se hace carne, Talleres puede llegar a sufrir tanto como hasta la misma derrota. Javier Gandolfi, quien vive su segunda experiencia en el Mundo Talleres, sabe dónde hay que pararse cuando el primer transita por estos períodos.

“Estamos con la familia. La vez anterior vine solo y por seis meses. Tengo dos hijos. Ambos son futboleros; el de 11 años con más ahínco, el otro sin apuros. Les digo que se diviertan. Estamos bien ya cumpliendo un año en Talleres y estamos bien”, dijo el zaguero.

–¿Qué realidad viven?
–Estamos en un buen momento. Tenemos 33 puntos, quedan ocho fechas y estamos cerca de cumplir con el primer objetivo que es mantener la categoría. Estamos cerca de ese objetivo y el fin de semana trataremos de hacer las cosas de la mejor manera, para que se queden los tres puntos en casa.

–¿El vestuario siguió siendo el mismo después de los triunfos ante Boca o Lanús o se permitió hablar de la aspiración de entrar a alguna Copa, en función de lo que marcaba el juego y la proyección en la tabla de posiciones?
–No hace falta ni hablarlo. Por eso te digo que con 33 puntos ­estamos cerca del primer objetivo. Si hacés las cosas bien, todo viene de la mano. Hoy estamos a un punto de entrar a la Copa Sudamericana y en la fecha pasada estábamos adentro. La realidad es que estamos “ahí”, pero distinto sería si estuviéramos con 25 puntos. El equipo tiene una base importante y depende de nosotros, de Talleres.

–Se creía que lo más difícil sería lograr una identidad, pero no es la llave para todo...
–El fútbol argentino es así. Muy vertiginoso. Los resultados mandan. Talleres no ganó en las primeras cinco fechas y siguió con el mismo estilo de juego. Es valorable. Así llegaron los resultados y tampoco cambió el plan. Si me das a elegir una forma de jugar, será la que tiene el equipo. Hay un buen criterio para jugar la pelota, intenta jugar. Analizando los valores del último partido, vimos que el equipo tuvo un 70 por ciento la pelota y el rival, un 30. No se vio en el resultado final porque perdimos 1 a 0, pero el día de mañana, los números van a ser positivos. Hay que seguir por el mismo camino. Cuando perdés se ve todo distinto porque uno se viene con las manos vacías, pero esto es fútbol. A veces los partidos se plantean de esta manera. Ahora tenemos una semana para trabajar y esperar el partido con Tigre. Que será bueno para nosotros porque el rival intenta jugar. Esperemos hacer un partido abierto.

–¿Será así o creés que les van a dar la pelota y el terreno?
–Vemos imágenes todas las semanas antes de los partidos. Esperamos que salgan de una manera y luego nos encontramos con un equipo diferente. Pensamos que Quilmes iba a salir a buscar el partido por la necesidad de puntos y nos regaló pelota y campo. Se hace difícil cuando tenés que encontrar los espacios y no estás fino. Eso fue lo que pagamos caro.

–Las pelotas detenidas son alternativas. A vos se te negó un par de veces...
–Ojalá se me dé y se nos dé a todos. Siempre hay que dar más. Es la verdad.