El enganche explica que tener minutos es la única forma de entrar en ritmo. "Con trabajo y humildad vamos a salir adelante", afirma.

Daniel Ludueña, por su trayectoria y experiencia, es sin dudas uno de los jugadores que llegó a Talleres para darle al equipo un salto de calidad. Por lesiones, su puesta a punto física y futbolística se retrasó y sólo jugó unos pocos minutos frente a River y Aldosivi.

Pero lo que hoy importa, en la difícil coyuntura que atraviesa el equipo, es que está cada vez mejor y se siente en condiciones de sumar más minutos. “Yo me siento bien para jugar lo que el técnico crea necesario, pero es él quien decidirá. Él irá viendo a todos en estos 10 días y verá quién está mejor”, respondió ayer cuando Mundo D lo consultó si estaba para jugar un tiempo o los 90 minutos.

"Me tocó entrar en sólo dos y la verdad es que si uno no juega, el ritmo no lo va a agarrar nunca", afirma Ludueña.

–¿Esperás que ante San Martín (SJ) sea tu oportunidad?
–Yo quiero jugar, como todo futbolista. Nosotros tenemos que entrenar y él irá viendo. Por suerte hay varios días por delante hasta ese partido. Me tocó entrar en sólo dos y la verdad es que si uno no juega, el ritmo no lo va a agarrar nunca. Entrenar es una cosa y jugar es otra. Contra Aldosivi entré y me sentí bien. Yo me evalúo después de cada entrenamiento y partido. Tengo varios años en el fútbol profesional y sé en qué estoy bien y en qué debo mejorar.

–¿Y el plantel cómo está en lo anímico, pasados algunos días de la derrota con Aldosivi?
–Estamos bien, mucho mejor, pero con ese poco de bronca de ver que hacemos las cosas bien y que eso no se refleja en los resultados. Y cuando eso pasa parece que estuviera todo mal. Así es el fútbol. Cuando las cosas no salen hay que trabajar el doble, estar más unidos que nunca y que el ánimo no decaiga. En eso nos vamos a enfocar en estos 10 días: en estar más unidos que nunca. Porque cuando las cosas no salen pueden empezar a decir que hay problemas en el grupo, que esto y lo otro. Por suerte hay un grupo sano, todos estamos comprometidos y con ganas de devolverles a la gente, a la dirigencia y a nosotros mismos una alegría.

–Hoy (por ayer) trabajaron mucho en la definición. ¿Es un menoscabo para un jugador de Primera y con tanta experiencia como vos y otros del plantel practicar ese aspecto?
–Para nada. Está bien, es lo que corresponde, porque en ese aspecto estamos fallando. Y no sólo los delanteros. Este es un equipo, a todos nos involucra no hacer goles, cada quien en su sector. A los que estamos de mitad de cancha para adelante nos toca definir, poner un pase bien o terminar en forma correcta las jugadas por afuera. Eso nos va a llegar a que esas pelotas que hoy salva un arquero de última o pegan en el palo, entren. Esto sólo se revierte con trabajo y más trabajo. No hay que bajar los brazos, nos queda un torneo muy largo por delante.

–Andrés Fassi les dio un respaldo contundente.
–A Andrés lo conozco mucho de México. Es de estar muy encima del equipo. Y, como dice él, en las buenas aparece todo el mundo, pero en las malas... Eso también pasa en la vida cotidiana y en cualquier trabajo. Él estuvo en el vestuario apenas terminó el partido en Mar del Plata dándonos su aliento y después acá. Como tiene que ser. Eso nos lleva a estar más comprometidos que nunca. No se trata de decir “este tiene la culpa”. Todos somos responsables. Y somos nosotros los que tenemos que responder en el campo de jugo. Por suerte este es un grupo muy unido y tira para el mismo lado. Con mucho trabajo y humildad vamos a salir adelante. Seguro.