Con 38 años, fue elogiado por por el derroche físico que tuvo contra Racing. "Siempre fui así, medio loco, de entrenar al limite y de exigirme al máximo", dijo "el Cholo", quien espera con tranquilidad a River.

Para quienes estuvieron en el Cilindro de Avellaneda el sábado pasado o vieron el empate contra Racing por TV, fue motivo de comentario obligado. La referencia es al descomunal esfuerzo y entrega de Pablo Guiñazú, quien con 38 años no sólo derrrochó sudor en su ida y vuelta constante, sino que también dio una cátedra de cómo se juega bien al fútbol.

La prensa porteña coincidió en señalarlo como la figura o una de los más destacados del empate, que marcó para Talleres un arranque casi ideal, en una cancha llena de agua y en la que correr y jugar se asemejaba a un tarea titánica.

En una charla que tuvo este mediodía con Mundo D, "el Cholo" dijo que él siempre jugó así. Y que si puede seguir haciéndolo a su edad "es porque uno se prepara todos los días para eso, con alegría y sacrificio. Y porque con los años uno aprende que en la cancha hay que simplificar las cosas y hacerlas lo más fácil posible".

–Te corriste todo, parecías un pibe de 20...
–El que me conoce sabe como trabajo: siempre al límite y exigiéndome al máximo. No es fácil a los 38, pero yo siempre fui así, medio loco en eso. Pero ante todo yo estoy feliz por el equipo y no tanto por mí. Por la personalidad, la concentración, el orden que tuvo.

"Estoy feliz porque el equipo arrancó bien en una división muy complicada, en un campo muy difícil y ante un rival muy respetado".

–Hiciste una rápida lectura de un partido que asomaba muy complicado.
–Uno con los años aprende que en la cancha hay que simplificar las cosas y hacerlas lo más fácil posible. Y además hay mucho de psicológico en esto. Cuando el jugador está bien de la cabeza, todo se hace más simple.

–Cerca del final del partido, te tocó sacar afuera una muy difícil en el área propia.
–Sí, la verdad que fue muy difícil Menos mal que salió al córner, porque cuando la pelota está mojada puede salir disparada para cualquier lado. Yo quedé mirando para el arco y era difícil. Si la llegaba a pifiar, la metía yo. Y para estar en ese lugar tuve que correr y hacer el pique. Menos mal que todavía las piernas aguantan (risas).

–Y ahora se viene nada menos que River.
–Y sí, no es un mochila para cualquiera. Pero en lo personal y en lo grupal el buen debut nos da tranquilidad, para seguir trabajando y corregir las cosas que hay que mejorar. Un arranque así y tener a la vista a River, nos motiva para estar a la altura de la circunstancias.

–¿Viste su partido frente a Banfield?
–Sí, me pasé el domingo viendo fútbol. Jugó muy bien, hizo un gran partido, muy productivo. Pero todos los partidos son diferentes y Talleres también tiene lo suyo como para complicarlo. Lo demostramos el sábado. Tengo un gran respeto personal por River, pero nosotros vamos a salir a ganar, como lo hacemos siempre y lo hicimos contra Racing.

–Talleres te sigue permitiendo reencuentros. Ahora con Vuoso, con quien jugaste en Independiente en el Independiente campeón de 2003.
–Fue hermoso reencontrarnos con Matías, es una alegría enorme. Ya perdí la cuenta de los años que no nos veíamos. Creo que cuando estábamos en Independiente yo tenía 25 años y el 21 o por ahí. Es un jugador espectacular, de selección. Lo vamos a ayudar y esperemos que lo tengamos pronto al ciento por ciento en lo físico y futbolístico. Va a ser de gran ayuda para el plantel.