La resurrección. “El Indio” asegura que aprendió a practicar con más precauciones para no sufrir las lesiones que demoraron su retorno.

Ezequiel Barrionuevo las pasó a todas en Talleres. Tiene 29 años, pero la experiencia aquilatada de un veterano de grandes luchas. Como buen “Indio”, tal su apodo, su vida personal y deportiva está marcada por todo tipo de cruces, a punta de lanza. Su último enfrentamiento fue contra las lesiones, un rival que no lo dejó jugar desde el ascenso a la B Nacional, en la lejana Formosa, casi siete meses atrás. Pero el volante de Cruz del Eje puso el pecho y salió adelante. “En el fútbol hay que saber esperar. Y con las lesiones también. En estos últimos meses aprendí a tomar precauciones en los entrenamientos que antes no tenía y a dominar la ansiedad por querer jugar siempre. Manejar bien el cuerpo sirve para estar bien desde lo mental”, dijo en una charla con Mundo D, para explicar la razón del buen rendimiento que acusa desde que entró por primera vez unos minutos, contra Los Andes.

–¿Por qué te llevó tanto tiempo volver a ponerte bien?
–No sé si fue tanto. Aprendí a tomarme mi tiempo para reponerme bien, con tranquilidad y paciencia. Decidí no apurarme, para no volver a sufrir con las lesiones. Y como el equipo venia bien, no tenía sentido arriesgarme por querer jugar.

–¿En algún momento de este torneo pensaste que las lesiones no te permitirían volver a jugar?
–En estos meses sin jugar aprendí a tomar precauciones en los entrenamiento y a dominar la ansiedad. Manejar bien el cuerpo sirve para estar bien desde lo mental. Exigirse cuando haya que exigirse en los entrenamientos y no siempre del mismo modo. Lo hablo con el “profe” (Mauro) Cerutti y Julio (Ferreyra).

–¿El PF hizo cambios en la forma de entrenarlos?
–Quizá ahora las sesiones no son tan largas y sí más exigentes. Rinden más. También se manejan mejor los descansos. Por eso el equipo ha superado a varios rivales en lo físico en los segundos tiempos.

–¿Qué sentiste cuando volviste a jugar esos minutos contra Los Andes y Almagro?
–Sentí como si hubiera vuelto a vivir. Y con el paso de los partidos, estoy volviendo a encontrar el nivel que tuve el año pasado. Fue el momento quemás seguro e importante me sentí en el club. Por ahora vengo bien. Espero que las lesiones no me vuelvan a jugar una mala pasada.

–¿Te sentís más cómodo jugando como ahora o preferirías arrancar como extremo derecho?
–Estoy jugando en un puesto en el que tengo la responsabilidad de generar juego, asistir, hacer jugar a los compañeros. Hay que tener la pausa justa y manejar los tiempos, saber cuándo atacar. No me cuesta. Pero también me está tocando volantear como extremo, para hacerme de la pelota. A veces me estaciono por derecha para genera un triple “5” y cubrir los espacios en el retroceso. Para atacar Kudelka me da la libertad de ir por los dos lados. Y la verdad, me gusta.

–¿Qué significa tener atrás a un jugador de la trayectoria y jerarquía de Pablo Guiñazú?
–Yo lo veía por tele. Y hoy me doy vuelta y lo veo detrás de mí, dándome indicaciones y hasta puteándome, porque “el Cholo” tiene su forma de jugar... pero siempre con buena leche... es increíble, muy bueno... a todos nos da consejos.

–Él te aconseja a vos y ahora vos a los más jóvenes del plantel.
–Siempre hablo con “Pipe” (Ramis), con “Bebelo”, que es un jugadorazo, un crack. Les digo que no se bajoneen, que aprendan a esperar y aprovechar los momentos. “Pipe” los supo aprovechar. Se ganó el lugar que tiene en el equipo.

–¿Y a Solís, qué le decís?
–Es otro jugadorazo, pero le digo que trate de terminar bien la jugada. Le gusta mucho el arco y hay que pararlo un poco, enseñarle a que ponga el freno. Una cachetadita por ahí no le viene mal (risas).

–¿Talleres juega bien y no lindo?
–No sé si juega lindo o bien. Pero es un equipo que golpea justo, y tiene seguridad y mucha confianza. En los dos últimos partidos hicimos buenos primeros tiempos y no tanto los segundos, quizá porque entramos en una etapa decisiva del torneo y queremos asegurar el resultado.

–El ascenso está “ahí”. ¿Qué te viene la cabeza?
–Sería hipócrita decir que no estoy ilusionado. Pero tenemos que estar tranquilos y que no nos gane la ansiedad. Todavía no ascendimos. En lo personal sería algo inolvidable, porque cuando descendimos a la Primera B Nacional yo estaba en las inferiores del club y al año siguiente me subieron al plantel profesional. Y estuve en la cancha viendo el partido el día que descendimos.