Alejandro Kenig, en Ecuador. El exjugador se fue de Quito a Manabí como voluntario para socorrer a los damnificados por el terremoto que mató a 400 personas hace 20 días.

Alejandro Kenig fue un trotamundos del fútbol y eso le permitió conocer culturas diferentes. Para el Mundo Talleres fue “el Tanque” (21 goles en 66 partidos en 1990 y 1992), quien dejó una gran marca en el corazón de los hinchas, además de haber integrado el cuerpo técnico de Juan Sánchez e incursionar en la etapa preelectoral albiazul. En Español fue “el Gordo”, alguien que se insertó en un gran equipo con José Luis “Puma” Rodríguez, Raúl Peralta, Carlos Bustos, Walter Parodi; y en Ecuador fue un grande para Emelec y Deportivo Quito. Hacia allí volvió, pero para dedicarse a reclutar juveniles para distintos clubes e incursionó en los medios de comunicación.

El terremoto, que mató a 400 personas, lo encontró en Quito, a 400 kilómetros y Kenig decidió irse al epicentro a dar una mano. “Fue un espanto. Yo había estado en otros movimientos telúricos, pero esto fue increíble. Estaba en Quito, pero la provincia de Manabí fue la más dañada. Muchas de sus ciudades fueron destruidas. Murió mucha gente, hay desaparecidos y quedaron edificios muy dañados que habrá que voltear para que no corran riesgo de caerse o desmoronarse. Después de ver esas imágenes quedé muy conmovido. Es un lugar al que quiero mucho. Están las mejores playas y hay buena gente. Tomé la decisión de ir a ayudar con amigos. Fui directamente a la zona cero, que es una de las ciudades más afectadas”, contó “el Tanque”.

“Estoy haciendo radio y recluto jugadores. La relación con Manabí es de siempre y por eso tomé la decisión de ir a ayudar. Nos fuimos en cuatro camionetas y tardamos bastante más de las seis horas que hay hasta Portoviejo. Fuimos custodiados porque había muchos saqueos y las camionetas iban cargadas con las cosas que hacían falta para asistir a la gente como medicinas, alimentos, agua. Tuvimos el apoyo de la prefectura”, contó Kenig.

“A mí Ecuador me dio mucho y yo quería llegar a un lugar donde no había nada. Eso me impulsó a ir. En lo poco o mucho que pudimos hacer, ayudamos a gente que no tenía nada. Ayudo en el desastre. – Fuerte... – La peor imagen es la de la gente durmiendo en la calle. Que perdieron familiares, su casa... todo. Hubo familias completas que perdieron la vida. Es duro. A uno no le pasó, pero estar cerca y ver la ciudad de Portoviejo, Vallecas, Pedernales, cómo quedaron. Son zona de guerra. Que te reconozca la gente que dispone de medios para ayudar fue importante para conseguir cosas. Fui goleador del campeonato con Emelec y con Deportivo Quito. Muchas personas y damnificados me reconocieron y se sintieron gratificados porque los ayudaba. El día es bravo. Ante cualquier movimiento salís a cielo abierto. Es peligroso. Vivís con miedo. En Quito es distinto.

–¿Cómo se dio el encuentro con el embajador Luis Juez?
– Me invitó a un par de eventos que hizo como embajador. Me dijo que le diera una mano con los jugadores que estaban acá para tranquilizarlos.

Partido despedida y libro

“Iré a Córdoba en pocos días. Me reuniré con Fassi para hacer mi partido despedida y para lanzar mi libro”, cerró.