El Matador le ganó 2-1 a Gimnasia en Jujuy y es más líder que nunca. En la B Nacional logró una brecha del escolta en 7 puntos. Ilusión, pura ilusión.

El Éxodo Jujeño es uno de los grandes hechos de la Historia Argentina. Había que pelear por la patria. Y el Ejército del Norte se dirigió desde San Salvador a Córdoba.

Lejos de todo aquello que quedó labrado en los libros de historia, Talleres hace la suya y se mudó de Córdoba a Jujuy para vivir el verdadero éxodo de fútbol en esta B Nacional. Porque con el triunfazo de anoche 2-1 sobre Gimnasia y Esgrima, el Matador escapó de cualquier posibilidad de mezclarse con los escoltas. Y está sólo en las alturas, sólo arriba como punterísimo de este torneo que lo tiene como el verdadero protagonista desde sus albores.

Lo que logró la T el lunes en Jujuy no es sólo un triunfo, es el golpe letal a sus perseguidores y acunar una ventaja de siete puntos en la tabla de posiciones para jugar con más márgenes, para poder caminar con tranquilidad en una recta final que seduce, que invita a la ilusión.

Talleres es la pura ilusión de un barrio maltrecho por los últimos años sin nada de felicidad como la que ostenta ahora.

Y la sustenta con el invicto en el torneo y con el mejor registro de partidos sin perder en torneos de AFA (32 partidos). La Era Kudelka se ha sustentado con el resultado, con la efectividad y con al menos el sostenimiento de un equipo que siempre se supo sobreponer a todas las adversidades.

Talleres es una fiesta y se trae de Jujuy tres puntos que lo pone en el sitio de candidato.

Así lo vivió anoche en Jujuy, cuando comenzó con el pie izquierdo, perdiendo 1-0 por el gol de Agustín Sufi a los 11 minutos del PT. La T tenía que buscar la manera de equilibrar ese comienzo “dormido”.

Paciencia asesina. Pero, en definitiva, tuvo la paciencia “asesina” que le ha dado el plus y el oficio para encontrar su carta ganadora. Y esa misma fue la de Gonzalo Klusener que sobre el final de la etapa consiguió la igualdad de cabeza, después de un córner que no pudo conectar con presición Quintana. Con el 1-1 y esa tranquilidad, el Lobo se complicó por la expulsión innecesaria de Diego López.

Ese escenario fue más que propicio para el complemento. Pero, la diferencia la sacó rápidamente, en el primer minuto del ST. Nazareno Solís, en modo PlayStation, desbordó y tiró el pase atrás. Por el vértice del área rival entraba Ivo Cháves que con maestría remató al ángulo.

El 2-1 le dio al Matador todo el aire necesario para manejarle el juego a un equipo jujeño que, de manera aguerrida y desordenada, se mandó al ataque como le salía.

El 1, clave. Herrera fue un verdadero estandarte en el arco albiazul y de a poco se fue consolidando una victoria enorme. Los cambios de Kudelka en el medio se corrigieron con el regreso de Jerez Silva en el complemento y eso le dio más bloqueo y tenencia. Un cabezazo al travesaño de Klusener pudo ser el tercero. Y otro tiro del local en el travesaño le privó la chance de igualar a Gimnasia.

Talleres logró el “éxodo” en el Torneo. Se escapó, se mudó a las alturas y todo es ilusión.