Agradecido. A la directiva y al DT por la chance que le dieron. Su papá, camionero, y la mamá, ama de casa, le pusieron su nombre por el filme de los ‘70 “Nazareno Cruz y el Lobo”. No le gusta que le digan “la Joya”.

Viene de una familia trabajadora, de la ciudad de Campana, en Buenos Aires. Su papá es camionero y cuenta que fue él, Eduardo (49), junto con su mamá, Silvia, ama de casa, quienes eligieron su primer nombre por aquella famosa y taquillera película argentina de 1975, “Nazareno Cruz y el Lobo”, que fuera dirigida por Leonardo Favio.

“Yo ni idea de la película. Supongo que no me habrán puesto ese nombre por el lobo”, le dijo ayer a Mundo D Nazareno Damián Solis, el jugador de quien hablan todos en Talleres y que, en tres partidos, hizo dos goles y participó o asistió en los cuatro que convirtió su equipo entre la B Nacional y la Copa Argentina.

Y claro, “Naza” tiene apenas 21 años (el 22 de abril cumplirá 22, capicúa) y hablarle a él de aquel film es chino básico. Sin embargo, Solis, a quien no le gusta que lo apoden “la Joya” como en Villa Dálmine, el club en que se formó y del que vino, ya comenzó a rodar su película en Talleres cuyas primeras secuencias son más que prometedoras.

“Es inexplicable lo que estoy viviendo. Estoy más que feliz. Jugué tres partidos, convertí en dos y asistí en otros dos a mis compañeros, que es mi trabajo en el equipo. No me puedo quejar de nada”, dijo el delantero o extremo, quien en cuatro días más, el viernes, tendrá que enfrentar a su exclub en el Kempes.

– Mirá si te toca repetir lo de Rigoni el domingo pasado frente a Belgrano. Ya metiste dos.
– Primero hay que ver si el técnico me pone. Y si me toca convertir, por supuesto que no lo voy a festejar. Soy hincha, hice todas la inferiores en Dálmine desde los 10 años y tengo a mis amigos ahí, como Renzo Pérez. Él y Andrés Soriano, que ahora está en Defensores de Belgrano, son dos grandes amigos que me dio el fútbol en estos apenas tres años que llevo de profesional. El papá de Andrés es de Talleres. Los dos me hablaron cuando hice mi primer gol acá, contra Brown de Madryn.

– Te tocó entrar por la lesión de Araujo. Y está visto que no desaprovechaste tu oportunidad.
– Lo que le pasó a Aldo fue una desgracia. Es un jugadorazo. Ojalá que vuelva pronto, porque el equipo lo necesita. En este plantel hay una sana competencia que obliga a cada jugador a dar lo máximo.

– La verdad: ¿en el gol de tiro libre del domingo la quiste clavar ahí?
– Tuve un tiro libre parecido en el primer tiempo, pero por derecha, y lo había visto al arquero (De León) adelantado. Se la tiré al segundo palo y por suerte se metió.

– A propósito: sos zurdo, pero manejás la derecha muy bien.
– Me lo enseñaron en las inferiores Claudio Boli y Facundo Gareca, dos grandes técnicos. Después lo perfeccioné con Sergio Rondina.

– ¿Quién te apodó “la Joya”?
– Sandro Fiore, compañero de Dálmine, apenas empecé a jugar. Prefiero que me digan “Naza” y no “Joya”. Es medio duranga ese apodo.

– ¿Tus viejos son futboleros?
– A mi viejos les debo todo. Mi papá porque siempre se rompió laburando en el camión desde las 4 de la mañana hasta las 7 de la tarde, para tratar que a mis cuatro hermanos y a mí no nos falte nada. Y mi mamá siempre me apoyó, me acompañó a las prácticas. Y todavía siento mucho el fallecimiento de mi tío Antonio. Era un hincha más mío.

– ¿Terminaste el secundario?
– Sí, y es otra de las tantas cosas que les agradezco mis viejos. Me recibí de técnico electrónico a los 17 años y le prometí a mi mamá que iba a hacer un gran esfuerzo para que, antes de los 18, pudiera dar un salto en el fútbol. Y se lo pude cumplir, porque debuté en primera en 2013. Ahora los quiero ayudar .

– En 2014 te fuiste a la “U” de Chile. ¿Cómo te fue?
– Me costó mucho jugar. Había muchos extranjeros y yo tenía sólo 19 años. Estaban Lorenzetti, Mora, Caruso... Jugué mucho en reserva e hice varios goles, pero en la pretemporada trajeron otro extranjero. Me enojé, rescindí y volví a Dálmine.

– Y ahora que sentís al lado de jugadores como Guiñazú, Caranta, Klusener, Encina...
– Imaginate, hace dos años y medio estaba en las inferiores de Dálmine y ahora estoy al lado de estos monstruos. Es increíble. Disfruto mucho. Soy feliz de ser parte de este grupo. Ojalá que “el Cholo” pueda volver pronto. No tengo más que palabras de agradecimiento para el técnico y la dirigencia que me permiten esta posibilidad. Ojalá pueda retribuirles con el ascenso.