El ex Villa Dálmine fue determinante en el triunfo de Talleres.

En cancha, en el debut en la B Nacional, Talleres utilizó apenas cuatro hombres de sus 14 caras nuevas de la temporada, en donde como resumen final podemos destacar la incidencia que tuvo el volante izquierdo Nazareno Solís.

El ex Villa Dálmine primero asistió con un centro al segundo palo, con perfil cambiado, a Victorio Ramis en el gol. Y cuando G. Brown llegó al empate, tuvo la rápida reacción para desnivelar. Fue una jugada sucia que lo termina dejando de cara al arco, definiendo por encima del arquero rival, con suspenso por el idilio entre la pelota y la ley de gravedad hasta que llegó a la red para desatar la locura albiazul. Solís fue opción tanto por derecha como izquierda, el más punzante, ya había avisado en el primer capítulo y se terminó llevando los aplausos de todos.

En tanto, los otros refuerzos también dejaron un balance. Voz de mando y liderazgo en Mauricio Caranta, sin reacción ni responsabilidad en el empate de los patagónicos. Prestancia y lectura de juego en Luis Jeréz Silva, Sobriedad defensiva en Carlos Quintana, mientras que Agustín Gutiérrez no tuvo muchas acciones para ser analizado en profundidad, pero se destacó por el pase entre líneas para Solís, que pasó por caja.

Entró en el momento más complicado, instantes después del empate de Albarracín, aunque casi inmediatamente después Solís apareció en escena otra vez para dejar los primeros tres puntos en casa.