No naufragó. Ante Brown de Madryn, la T se alzó con los primeros tres puntos de la B Nacional tras un sufrido 2-1. Costó, lo parió y lo celebró. Goles de Ramis y Solis.

Porque los últimos serán los primeros... Talleres. Porque el último que te hizo gritar un ascenso fue ese “negrito” desgarbado de la cantera. Victorio Ramis, que se puede convertir a volante y sumar algo lindo por afuera. El último que te hizo gritar un gol en aquel ascenso, ¿te acordás? Y el primero que te hace vivir la felicidad de esta B Nacional en el debut. Ramis lo había hecho, pero las sombras le volvieron con el empate de Albarracín para Brown.

El triunfo de la T, el 2-1 le llegó con el alivio de ese gol de arremetida de Nazareno Solís, ese refuerzo silencioso que llegó de Dálmine. Así, la T soltó su primera alegría.

El PT, poco para ver. Seguramente que la propuesta de Kudelka en el PT de Talleres no fue la pensada. Ni por los jugadores con los que pudo contar, ni con las respuestas que tuvo un equipo con escaso juego colectivo y a merced de alguna jugada que dé un rédito aislado.

Si para destacar de la primera parte, con el marcador en cero, hay que poner los ojos en el paraguayo Rodrigo Burgos, implica que de juego hubo poco. Hubo más marca, corte, lucha. Con poco y con un orden en el medio, Brown supo hacer su juego.

Firpo, de apellido de boxeador, metió sus estocadas como eje central con pelotas hacia Marinucci y Fernández. Talleres se hamacó por momentos con la escasez del pibe Bebélo Reynoso o con Ramis y con la poca fortuna que tuvo Solis por izquierda. Velázquez, en soledad.

Un renacer. En el complemento, todo seguía así de trabado. Kudelka metió a Strahman por Velázquez. No parecía ser una solución potable. Pero, 9 por 9, quizás. Igual nadie imaginó que aquel “negrito” desgarbado lo abriría.

Ramis, el alma del grito, cuando a los 22 del ST se cerró ante un centro de Solís y una mala salida del 1 de Madryn Bangardino.

Y la peinó Pipe. El que hizo el último gol de aquel ascenso y el primero de este renacer en la B Nacional de Talleres.

Pero Albarracín metió un cabezazo a los 32m para el 1-1 y la T no se dejó adormecer. Solis arremetió por derecha, remató, el arquero no pudo tapar bien y se coló en el arco. Con el 2-1 final, Talleres brindó su debut, con susto, con lo justo, pero con felicidad total.