Zaguero con gol. Fue delantero de baby, pero se probó de “6” en Lanús y quedó. Pasó por Huracán, Douglas y Patronato, con el cual ascendió.

Esa imagen, con la boca llena de gol, acompañó a Carlos Gustavo Quintana (27 años) desde chico en su Glew natal. “De pibe era delantero, goleador. Con mi altura y físico era difícil marcarme. Cuando me llevaron a Lanús, necesitaban un ‘6’. No entendía mucho de las posiciones en cancha de 11. De eso me probé. Me gustó y quedé”, comentó “el Pelado”, quien desde el lunes se convirtió en el primer refuerzo de Talleres.

Así nació el defensor Quintana: debutó en Lanús (fue compañero de Nelson Benítez, hoy en Talleres), lo quisieron en Huracán (Héctor Rivoira, el actual DT de Instituto), Douglas Haig de Pergamino y Patronato de Paraná, donde logró su ascenso a Primera División.

–Desde aquel primer gol en 2008 a Godoy Cruz a hoy, ¿cambiaste mucho?
–Tenía pelo. Cuando pasé a Huracán, se me terminó de caer. Tenía poco.

–¿Por qué sos futbolista?
–Por convicción. De chico quería ser jugador. Siempre tuve la gran ilusión de poder jugar profesionalmente. A los 12 años llegué a Lanús. Entendí lo que era una club de Primera. Siempre con la mente puesta en jugar en Primera. Ese era mi objetivo y se me dio.

–¿Cómo llegaste?
-Me vieron en un torneo de baby fútbol en Lanús. Me llamaron. Después el papá de Lautaro Acosta me llevó a una prueba al granate. Quedé y ahí se inició todo.

–Siempre defensor...
–Era delantero, goleador; luego me hice defensor. Cuando me llevaron a Lanús, a los 12 años, necesitaban un central. No entendía mucho de las posiciones en cancha de 11. Me probé, me gustó y quedé. Nunca más cambié.

–¿Qué referentes tenías en el puesto?
–Soy hincha de Boca y en su momentos me reflejaba en jugadores como Walter Samuel. En mi época de delantero, era muy chico. Me gustaba hacer goles. Pero todo es posible gracias a la familia, a mi mujer y mis tres hijos. Es fundamental. Están siempre.

–¿Qué sabés del Mundo Talleres?
–Por lo poco que estuve en Córdoba para firmar el contrato, es un equipo muy popular. Es un club que me sorprendió por los profesional que es. De un nivel muy alto. Este es un gran paso en mi carrera. No pude hablar con Kudelka, pero hablé con el ayudante técnico Raúl Armando. Vuelvo el 4 de enero.

–Grande como tu apuesta...
–Logré un ascenso muy importante con Patronato de Paraná, pero ahora mi realidad es Talleres y la obligación de ser protagonista por la historia. Es un club muy ordenado. Está a la altura de Primera División. Ojalá podamos hacer un buen torneo. Firmé con Talleres por 18 meses y con una opción de compra a los seis meses. Espero cumplir con la expectativa que se abre para este nuevo proceso.

Goles y continuidad

Quintana es un defensor que no se lesiona casi nunca y que tiene el arco entre ceja y ceja. Viene de jugar 57 partidos de 64 en el equipo paranaense y en Douglas Haig completó 56 de 62 en total. En el último año anotó cinco goles: a Sportivo Belgrano, Unión de Mar del Plata, Villa Dálmine, a Brown de Puerto Madryn y en la semifinal del reducido ante Instituto.

“He jugado mucho en estos tres años. Hice varios goles. Este es un grupo que ya viene del año pasado y está bien. Ojalá que pueda aportar en lo que se pueda. Espero poder adaptarme. Me venían hablando desde hace un tiempo de Talleres. Desde aquellos partidos con Instituto. Sabía que se iba a dar”, concluyó el defensor. Quintana llegó; arranca su historia en Talleres.