Victorio Ramis. El delantero marcó el primer gol de la “T” y el segundo suyo en el torneo. Se lo dedicó al “Puma” Ibarra, su abuelo materno, quien falleció un par de semanas atrás, con él jugando para el equipo albiazul de la Liga Cordobesa.

Un par de semanas atrás, Victorio Ramis, uno de los jugadores propios más queridos del plantel de Talleres, estaba jugando en el equipo de la Liga Cordobesa. Y también 14 días atrás, el delantero, de 21 años, sufrió la pérdida de uno de sus familiares más queridos. A los 78 años, falleció producto de una grave enfermedad Tiburcio Ibarra, “el Puma”, su abuelo materno, oriundo del Cerro Colorado, la tierra a la que Atahualpa Yupanqui le dedicara sus más sentida poesía.

Para “Pipe”, quien jugó frente a Chaco For Ever su tercer partido como titular, fue un golpe duro de digerir. Pero el gol que marcó ayer, el segundo en lo que va del torneo y el primero de su equipo, le devolvió la alegría en el alma y en el cuerpo. Por eso, en el festejo, levantó un brazo, lo elevó en dirección al cielo y se emocionó fuerte.

“Se lo merecía ‘el Puma’, se lo merecía. Estoy seguro de que me ayudó desde arriba para hacer ese gol. No era de ir a verme a la cancha, pero siempre me apoyó”, dijo el atacante que ayer reemplazó como extremo derecho a Ezequiel Barrionuevo.

“Había hablado con Adalberto (Goiri) y le dije que pateara la pelota hacia adelante, que subiría a buscarla. Me quedó justa, lo vi al arquero adelantado y se la colgué por arriba. Creo que fue un gol importante, porque sirvió para abrir el resultado. Y por supuesto para ganar, que es lo único que nos importa en este cierre de torneo tan ajustado que tenemos con Ramallo”, comentó el atacante.

Ramis agregó: “Yo jugué sin saber el resultado de Defensores, que había empezado a jugar antes que nosotros. Es mejor, para que la ansiedad no me ganara. Va a ser una lucha muy dura y ojalá no sea hasta la última fecha. Hoy (por ayer) entré muy ilusionado con que convertiría un gol y se me dio”.

“Turbina” puso la quinta

Se sabe que sacarle una palabra a Aldo Araujo es más difícil que extraerle un colmillo a un león, por su timidez al enfrentar los micrófonos. Pero ayer, tras convertir el segundo gol de su equipo – también el segundo suyo desde que llegó a la “T” y el primero en el Kempes– el habilidoso correntino se mostró un poco más expresivo. “Hice lo mismo que en Bahía Blanca frente a Tiro Federal. Fui a buscar a espaldas del jugador ( Rodrigo Cháves) y pude definir abajo, cruzado y con la zurda. Gracias a Dios entró”, comentó “Turbina”. El delantero correntino también tuvo una formidable jugada individual (ST, 15m), en la que puso la quinta velocidad y no pudo definir bien. “Terminado el partido me dijeron que me empujaron de atrás y fue penal. Yo sentí que me desestabilizaron y me quedó mal para definir”, comentó Araujo.