Mariano Campodónico, ídolo de Belgrano y que le supo convertir a Talleres, vuelve a Córdoba con Mitre en un partido clave. Contó sensaciones de aquellos clásicos, de su seña no muy feliz tras un gol y no ocultó el deseo de estar presente el sábado.

No existe el mejor recuerdo de Mariano Campodónico por barrio Jardín. El delantero que logró dos ascensos con la camiseta de Belgrano, a sus 41 años, podría volver a jugar en el Mario Kempes este sábado, cuando Mitre de Santiago del Estero visite a Talleres.

En ese mismo escenario le supo convertir tres goles en dos clásicos al Albiazul en la campaña 2005-06, con algunos vaivenes que le trajeron problemas diversos. Un gesto obsceno desmedido en el festejo de un tanto le valieron represalias que ya quiere olvidar. “Es parte del pasado. La euforia a veces te juega una mala pasada. Fue algo inconsciente, no me acordaba de que lo había hecho. Fui citado a declarar y pedí disculpas públicas porque asumí el error. Pero en lo deportivo, ese clásico me marcó de por vida”, le dijo Campodónico a PODIO. Mientras se recupera de una lesión en el pie derecho, opinó sobre el partido que se viene, al que por su identificación con el “Pirata”, no se lo quiere perder.

“Yo quiero jugar aunque sea 10 minutos. Entrar y ganar. Más allá del rival, si ganamos llegamos a ser otra vez protagonistas. Y no voy a mentir, el hecho de que enfrentemos a Talleres me da más motivación”, relató.

- No vas a ser bien recibido, seguramente...
- Ya estoy imaginando las puteadas (risas). Pero no vengo a incitar nada. Talleres es un rival que a uno lo motiva. Es un grande del interior y siempre es lindo enfrentarlos. Y con respecto a mi pasado en Belgrano, me preocuparía si no me insultan (risas). Te cuento una: cada vez que me junto con mi hermano Pablo (arquero de Aldosivi) me dicen que cuando va a Córdoba, ¡lo putean culpa mía!

- ¿Qué recordás de esos clásicos?
- Para mí fueron inolvidables. Talleres llegaba siempre muy encumbrado. El tema es que se valoró más porque esa semana salió a decir Sebastián Coria que Talleres era una Ferrari y Belgrano un Fiat 600. Eso fue una provocación que nos terminó de incentivar. Pero extraño se folklore: un estadio lleno por completo, las dos hinchadas juntas, todo el tiempo se cantaba, dentro de la cancha nos jugábamos todo...Para colmo al final terminamos ascendiendo nosotros cuando el candidato era Talleres.

-A tu edad, ¿este partido y esta temporada pueden ser las últimas “medallas”?
- Estoy transitando mis últimos partidos, aunque todavía me siento con ganas de ir a entrenar y practicar con jóvenes de 20 años. Tuve varios ascensos, lograrlo con Mitre ya sería entrar en la historia porque nunca llegamos tan alto. Que este club compita mano a mano con Talleres además es un honor. Y creo que lo podemos conseguir.

- ¿Qué conocés de Talleres?
- Perdió un solo partido, la esta remando como todos nosotros. Algunos lo tienen como candidato y por algo está puntero. Tiene gran plantel, van a luchar hasta el final sin dudas. Esperemos llegar nosotros también con chances, por eso, ganar en Córdoba sería vital.

No la pasé bien después de esa seña. La gente por las calles me puteaba. Sentí necesidad de pedir disculpas. No la pasé bien. Todos las hinchadas merecen respeto”.