Definición. El lateral-volante dijo que acertó al quedarse en el club de barrio Jardín, pese a tener otras ofertas, como de Vélez Sársfield.

Ivo Chaves cree que el mejor Talleres es el que viene. Como cuando le preguntan si el juego ante Sportivo Atlético Club fue lo mejor que hizo desde que decidió quedarse, tras el no ascenso, y él dice que todo fue posible por su sociedad con Ezequiel Barrionuevo. La punta en soledad, el equipo, la jerarquía que debe mejorar y el desarrollo de su historia en el Mundo Talleres, gobiernan el día a día del salteño. El mismo que cada vez que trepa por la banda lleva la promesa de que algo importante va a pasar.

–¿Fue tu mejor partido?
–En los buenos momentos, solemos hacer diferencias. Ante Sportivo Atlético Club, lo pudimos hacer con Ezequiel Barrionuevo. Sobre todo en el primer tiempo. Hicimos una buena sociedad. Cada vez nos vamos entendiendo más. Se hace fácil jugar con él. Es dúctil, sobre todo cuando me toca pasar al ataque que es lo que más me gusta hacer. Hacemos diferencia. Tendríamos que haber hecho algún gol más por ese lado. Generamos varias situaciones, casi abajo del arco. Me vengo sintiendo cómodo. No sé si fue el mejor partido. Trato de mantener una regularidad. Siempre apuesto a más. No me conformo. Soy muy autocrítico y sé que tengo que mejorar como todo el equipo.

–¿Los resultados tienen directa relación con el juego del equipo?
–No hemos sido muy eficaces. Por eso no tenemos todos los partidos ganados. Igualmente, pese a que el equipo no está fino, no se pierde. Contra Juventud de San Luis, Defensores y Tiro, que fueron los partidos más irregulares por los altibajos, Talleres no ha perdido. Vengo de la temporada pasada y cuando al equipo erraba, era fija que perdía. Ahora, sin dar todo, alcanza para vencer. Pero somos exigentes y se espera más. Y es positivo que lo quieran y que no se conformen con ganar. El año pasado alcanzaba con ganar. Era 1-0 y a otra historia. Se espera mucho de este equipo porque tiene jerarquía. Queremos dar más. Estamos ocupados y no preocupados. Estamos punteros, con una buena diferencia, somos el único invicto de la zona. Hay más virtudes que defectos, pero somos un equipo que tiene siete fechas. Como todos. Las exigencias empiezan a aumentar y la mejor versión debe verse en la etapa importante.

–¿Por qué mejor de visitante?
–Hay que aprender a controlar mejor la ansiedad. Ante Juventud (SL) ganábamos 2-0 y queríamos ir 5-0. Por la gente. Es inevitable. Entrar a la cancha y ver ese marco. Lo que me mueve Talleres. Y querés que la gente se vaya por demás contenta y que lo disfrute. A ese partido había que ponerle un cerrojo y quisimos ir a buscar el cuatro, no el tercero. Fue un error, nos agarraron mal parados y vino el 2-2. Nos dejamos llevar por la ansiedad. No le echo la culpa a la gente. Al contrario. La gente ayuda. Es algo que tenemos que corregir. De visitante, hemos sido más tranquilos, más pensantes. De local, quizás haya demasiada euforia. Son cosas a corregir. Nos da bronca dejar puntos de local. Siempre se va a esperar más. Por eso es difícil jugar en Talleres. Me acuerdo de lo que me dijo Esteban Burgos, cuando llegué acá: “Si andás bien en Talleres, podés jugar en cualquier lado”. Por la gente, por el marco. A veces cuando vas ganando y das un pase atrás, el estadio se viene abajo. Es entendible. Hay que tener mayor jerarquía. La gente de Talleres viene sufriendo hace 10 años. Te lo hace sentir. No podemos hacernos cargo de toda la historia, sí de este presente. Y es lindo jugar con 30 mil personas. Cuando todo se complica, siguen apoyando. Hay que aprovecharlo. Hay gente importante en el club y de jerarquía.

Sube y sube

–Kudelka pide un ataque masivo. ¿Cómo hacés para no ir siempre?
–Es algo que trato de mejorar. Lo hablo bastante con Kudelka. Es algo que de regular y controlar. Me paso de rosca y quiero ir a todos los tiros.

–Hay lanzadores y el cambio de frente va para el que sube libre...
–Muchas veces pasamos los dos laterales. Es algo trabajado. Quedamos expuestos, pero es lo que elegimos. Estamos convencidos de la idea de ser protagonistas que baja el DT. Hemos hecho nuestra esa idea. Sabemos a lo que jugamos.

–¿Cómo te influye el gol: serena o acelera?
–Ante Juventud lo hice. Entramos en un desorden general. Me gusta llegar y convertir. El año pasado hice goles y ahora estaba ansioso por convertir. Se me dio, pero hoy estoy en línea defensiva y no se me va a dar tanto. Pero me siento bien. Por la propuesta de presionar, hay que correr mucho. Me pasa más que nunca. Y no soy un jugador posicional sino activo. Hay que tener en cuenta la idea del DT, no la del Talleres que cada uno quiere. Las opiniones, a veces, se dan en función del gusto de cada uno, pero lo que vale es el plan. Me sería mucho más fácil ser un jugador posicional que cuida su quinta y no pasa nunca. Pero sé que sino paso al ataque y no soy opción, no voy a jugar. Si estoy es porque debo aportar en ataque y en defensa.

–¿Cómo va tu historia en la “T”?
–Estoy muy feliz acá y de haber decidido quedarme. Lo hablé con mi papá. Que si me quedaba, que si me iba. Fue desmedido. Tengo un perfil bajo, pero sé que esto es Talleres. El club hizo una apuesta grande para que me quede. Estaba con esa incertidumbre de no saber que era lo mejor para mi carrera y tenía muchas opciones. Decidí por Talleres. Lo de Vélez... Hubo varias cosas, más de lo imaginado. Pero Talleres me valoró mucho. Me hizo sentir importante. Estoy agradecido a la dirigencia actual y a la anterior. Trato de devolverlo en la cancha. Los otros días un hincha me recriminaba por redes sociales que no escribía nada de Talleres. Y le contesté que mi forma de demostrar amor y cariño era en la cancha. Estoy feliz. Llegué hace un año y parece que hicieran tres. Es como mi casa. Juego como si fuera un hincha. Ojalá nos salga todo.

“A veces cuando vas ganando y das un pase atrás, el Kempes se viene abajo. Es entendible. Hay que tener mayor jerarquía. La gente de Talleres viene sufriendo desde hace 10 años. Te lo hace sentir”.