35 mil personas en el Kempes. Gran marco para el estreno del equipo en el Torneo Federal A.

Talleres ya la sabe lunga. Tiene un doctorado en esto de tener que andar reinventando sus ilusiones, en eso de tener que volver a planchar, izar y revolear la bandera de la esperanza de poder salir de este mefistofélico torneo. Anoche, dio otra muestra de ese particular espíritu de Ave Fénix.

Unas 35 mil personas acompañaron el debut del Albiazul en la temporada. Es que juega la T y es un faro que llama a su feligresía a acompañar. Religiosamente. La renovación de votos salió tan sincera como siempre. Y las distintas camadas de hinchas vistieron al Kempes de fiesta.

Desde la voz del estadio se escuchó de un récord para un club del interior del país: más de 17 mil socios, en apenas 13 días.

Y claro; fue larga la espera: 106 jornadas sin ver jugar al Matador. No importa que tan largo sea el camino; hay deseo y necesidad de acompañar este nuevo proceso.

Y ahí anduvo Andrés Fassi, el presidente. En un pupitre, rodeado de mucha gente. Le hablaban, le decían. Él, apenas devolvió con algún gesto casi por cortesía. Ensimismado. Es que su atención estaba en lo que pasaba dentro de la cancha. La génesis de todo.

Acomodó las manos en modo rezo sobre el púlpito. Resopló mucho. El extremo de cómo lo vive el hincha ansioso. Aunque esa no fue la línea general de cómo sintió el partido la gran mayoría.

El equipo contagió. Y eso se notó en la gente. Claro, no es la misma responsabilidad. La del presidente. La del resto de los hinchas. Pero a esto lo hacen entre todos; cada uno en su rol. Anoche, cada uno cumplió con el suyo. Un buen comienzo.