Un “10” en la “T”. El sanfrancisqueño habló de las veces que pudo venir al club de barrio Jardín y que sabe cuáles son las exigencias del equipo, de la institución y de la gente.

“Al ver la ansiedad del hincha, uno se da cuenta de la dimensión del club. Sé la necesidad que tienen el club y la gente. Nos estamos preparando para una guerra y media, y no para una”.

El “10” distinguirá por siempre a sus portadores. Sobre todo a los que han sabido llevarlo y mucho más ahora que están en plena etapa de extinción. Por eso cada vez que un “10” ve la luz o cambia de equipo, la noticia conmueve. Son aquellos que cuando ordenan sus condiciones, cambian un partido. Un pase o un gol, ofrecen soluciones para sus equipos y para sus hinchas, que pagan gustosos el precio de una entrada.

Ese acto que hace recordar que el fútbol debe ser un espectáculo y no de una carrera de atletismo o una competencia del miedo a perder. Y el Mundo Talleres, después de varios años, ha logrado tener entre sus habitantes a Juan Pablo Francia. El “10” que se hizo leyenda en Sportivo Belgrano de San Francisco (su calidad lo llevó desde el Argentino B a la B Nacional) por sus goles de tiro libre, los olímpicos y los pases gol.

Es aquel que sufrió Talleres en arco propio, tras fracasar en sus reiterados intentos por incorporarlo.

“La opción de llegar a Talleres siempre estuvo. Cuando me vine de Francia en 2007, estaba Carlos Granero. Vine a ver un partido en el Chateau. Me junté con él y un ‘profe’ que estaba allí. Habíamos hablado de comenzar a entrenar en Talleres, pero el pase estaba bloqueado porque me había venido de Francia. Sin embargo, me tiró más la chance de estar en mi ciudad y con mi familia. Terminé arreglando en Sportivo, desde donde me había ido al Bordeaux a los 14 años. Pero en todos los recesos sonó la posibilidad de venir a Talleres. Aunque no se pudo dar. Estoy contento que se haya dado. Esperemos aprovecharla al máximo y lograr el objetivo que es el ascenso”, contó el volante, quien se vino a Mundo D, acompañado por su amigo Daniel Rancaño.

–¿Cómo se dio tu contratación en Talleres?
–Se complicó un poco al tardar mi salida de Sportivo Belgrano. Después que eso se desbloqueó, todo fue muy rápido. Conozco a Ezequiel Barrionuevo y a Raúl Armando, ayudante de campo de Kudelka, con quienes estuve en Sportivo. Ellos tuvieron influencia en mi contratación. Con “el Indio” hicimos una gran relación. Ahora es al revés. Yo le tuve que preguntar a él por Talleres y esperé su consejo. Ahora le sale caro, porque le toca llevarme de un lado para el otro. Después, hablé con Fassi, Peláez y llegamos a un acuerdo. En el plantel, hablo con todos, pero no soy de los más jodones.

Con todo

Talleres volvió a trabajar el 19 de enero, pero Francia comenzó a hacerlo en forma particular, varias semanas antes.

“Talleres me gustó porque es un desafío muy lindo y hermoso. Estará la presión obvia porque es Talleres y por sacarlo de la categoría en la que está. Que es una circunstancia que esté en el Federal A. Nosotros tendremos que dar todo para sacarlo. La capacidad está. Se armó un lindo plantel. Estoy a full. La ansiedad mata porque aún queda mucho tiempo para el inicio del torneo. Hay entrenador y jugadores nuevos y en este tiempo es fundamental para la unión del grupo dentro y afuera”, afirmó el “10”, de 30 años.

–¿Cómo estás física y futbolísticamente?
–Son semanas duras de trabajo. Quizá en esta semana se dosificaron un poco con los ejercicios con pelota. Así iremos tomando un poco más de ritmo futbolístico.

–Para jugar, se necesitará una gran recuperación de la pelota. ¿Cómo ves esa relación?
–Lo importante es que el DT tiene variantes. Puede ser un mediocampo de buen pie, otro con quite o con más profundidad. Eso es importante para todos. Todos tenemos que tratar de estar al máximo. Al hincha le puedo prometer que daremos todo. Esto es fútbol. Puede salir bien, regular o mal. Pero le damos la tranquilidad de que estamos haciendo las cosas bien. El grupo tiene claro que el objetivo es el ascenso. Y está enfocado en eso.

–¿Cómo es el diálogo con el DT?
–No tuvimos una charla a fondo. Seguro se dará a lo largo de la pretemporada. Pero se nota que es claro y simple.

–Jugar en Talleres significa bajar al Federal A. ¿Ameritó un largo análisis?
–Pero a eso lo tapó la institución. Siendo Talleres. Participé muchos años en el Argentino A, sé lo difícil que es. Quizá para Talleres sea más difícil por cómo le juegan los demás equipos. Nos estamos preparando para una guerra y media y no para una.

–¿Sentiste la presión de la gente en la calle?
–Al ver la ansiedad del hincha uno se da cuenta de la dimensión del club. No soy una persona de salir mucho de mi casa. Trato de ir del entrenamiento a mi casa, y viceversa si no tengo otra cosa que hacer. Sé la necesidad que del club y la gente. Tengo la mejor onda. No se puede prometer. Pero sí decirles que el objetivo es el ascenso. Vamos a dar todo para eso.

La pegada en otras canchas

Se sabe que la pegada de Francia es genial. Se apreció mucho en San Francisco, pero también causó asombro. Una vez silenció el estadio de Atlético Tucumán cuando clavó un gol olímpico.

“Ja. Eso ha sido casualidad. No soy de quedarme mucho tiempo después las prácticas pateando. A veces, sí, cuando sale algún juego. Hice dos o tres goles así. Como en ese partido en Tucumán. La verdad es que cuando uno va a una cancha de la que no tiene muchas referencias, te apoyás en el viento o quizás en la posición del arquero. Pero me sale pegarle así. A veces entra y otras, no”, explicó “JP”.

Hombre de decisiones fuertes


Las salidas del Verde y del Bordeaux. Las razones de dos decisiones claves en la vida del talentoso jugador que usará la “10” albiazul.

Sportivo Belgrano era como el patio de su casa. Pero Juan Pablo Francia sintió que dejó de serlo y por esa razón resolvió dejarlo. Gravitante en la escalada que le permitió al Verde ascender del entonces Argentino B a la B Nacional y electo como jugador del siglo en una encuesta del diario La Voz de San Justo, un día Francia dijo adiós. Y se vino a Talleres, club con el que se había entablado gran rivalidad por los cruces en la tercera categoría del fútbol argentino.

– ¿Cómo fue la partida de Sportivo Belgrano?
–Hacía unos años que estaba en el club con mi ciudad y mi familia. Con todo lo que uno tiene, allá en San Francisco. Es por eso que no podía concretarse anteriormente mi pase a Talleres. Porque me sentía muy cómodo en la ciudad y en el club. De un momento para el otro, dejó de existir esa comodidad por problemas que hubo en el club y aceleramos un poco más las cosas para que se de la venida a Talleres.

– Hubo hinchas que lo entendieron y te escribieron cartas; otros, no...
– Uno no le puede gustar a todo el mundo. Mi decisión les chocó a algunos y a otros, no. O les dio lo mismo. Cada uno es libre de pensar lo que quiera. No se podía estar más... Llegó un punto de no poder estar más en el club. Igualmente, estoy muy agradecido a la gente que siempre me bancó. Leí las notas de varios de ellos. Fue muy emocionante. Pero siempre voy a estar agradecido eternamente porque me trataron bien en la cancha, y fuera de ella.

Aquella partida de Francia
El presente de Francia, se sabe, es el Mundo Talleres. Hace unos días, al confirmarse la gira por México, el “10” rescató su pasaporte. Y ese hecho le trajo recuerdos: la última vez que había salido del país había sido a los 14 años cuando se fue a Francia. En el Bordeaux hizo una gran carrera: fue campeón de la Copa de Francia, hizo goles y le valió el elogio de propios y extraños. Fernando Cavenaghi, quien fue su compañero, lo destaca cada vez que puede, y varios de sus rivales, también, porque dejaron de sufrirlo. Cuando mejor estaba, resolvió volverse.

“Viajar al exterior me traerá recuerdos. Desde que me volví de Francia, el pasaporte quedó ahí. Lo renové y está listo. Por Facebook hablo con algunos hinchas, con los dirigentes, ya no. Se perdieron los números de contactos. Solamente por redes sociales con algunos hinchas y compañeros”, afirmó Francia.

– ¿Tu partida se dio a los meses de ganar el título?
–Fue a poco de eso. A los seis meses.

–¿Por qué?
– Es una historia... Mientras a muchos les gustaría ir para allá, y yo me vine de la nada. Tenía el interés de pasar al fútbol español. Hubo posibilidades, pero nunca se llegó a nada. Había perdido el placer de seguir ahí. Me vine de un día para el otro. Terminamos de jugar la primera fecha del torneo. Llegué a mi casa y me dije: “Mañana me voy”. Y así fue. No fue nada más. En San Francisco se dijeron muchas barbaridades y tantas cosas que nada tuvieron que ver. Simplemente fue una decisión personal. Es más, me vine con la idea de dejar el fútbol. Estuve casi un año parado y la vuelta se dio en Sportivo Belgrano.