A una década del descenso y quiebra de Talleres, sucesivas conducciones intentaron, sin éxito, crecimiento, proyectos y estabilidad. Con la salida de Ballarino, análisis de los encargados de esas decisiones, sin timón.

Desde que Talleres perdió el descenso allá por junio de 2004, acompañado por la quiebra de la institución, nunca logró encaminar su rumbo deportivo, al punto que sufrió tres descensos y un solo ascenso en ese proceso, que ya lleva 10 años. Ahora, con el Federal A empezado, último en las posiciones, sin el DT que inicia la etapa que otorga mágicamente siete ascensos, corre a siete puntos de desventaja del puntero. Y sin manager, porque Mario Ballarino ya no forma parte de la estructura del club, por un lamentable episodio de agresión aunque tampoco podía ufanarse ni rasgarse las vestiduras ya que había participado de la conformación del plantel actual y hasta promovió el despido del DT Jorge Ghiso.

De todas maneras, en un club con tantas voces, opiniones, presiones, con demasiados enredos institucionales y urgente necesidad de resultados, llama la atención el escaso porcentaje de aciertos, por lo que el presente oscuro no es casualidad.

Se intentó con todo: gente del riñón del club, personalidades que volvieron, cercanos a AFA (incluso dentro) y exglorias nacionales. Pero el Albiazul sigue en la tercera categoría del fútbol argentino. Fuera de la cancha, no tiene brújula y también repercute, a pesar de que la quiebra será levantada antes de fin de año, y ya no tendrá Talleres a la Justicia de aliada. A continuación, repaso de los encargados de tomar decisiones deportivas, las caras visibles, y los resultados no tan favorables.

2005, Sarrá por el club, Villa por Ateliers. Apenas el club quebró, por sorteo desde el Tribunal, designaron en el fideicomiso como idóneo deportivo a Mario Sarrá, quien velaría por los intereses del club. Con ya el control de la gerenciadora de Ateliers a cargo de Carlos Granero, fueron Freddy Altieri y el campeón del mundo en el ’78 Julio Ricardo Villa los asesores deportivos. Altieri no tardó en emigrar, Villa permaneció hasta casi el fin del ciclo. Talleres estuvo cerca del ascenso en 2006, de la mano de Roberto Saporiti, aunque la chance se escapó en la última fecha. A partir de ahí llegó el tobogán...

2007, Grondonita, manager y DT. Humberto Grondona, hijo del mandamás de AFA apareció un día en cancha de Instituto, cuando renunciaba Ricardo Gareca, como asesor deportivo, tras un paso en Corinthians de Brasil en inferiores. En aquella ocasión, la magra temporada de 26 puntos, ya pusieron el descenso en escena. Entonces, en la Reválida ante Racing de Nueva Italia en 2009, “Grondonita” conserva la categoría con el buzo de DT. Después no le alcanzó. Con ese rol, Martín Villalonga, manager que trajo el nuevo gerenciador Carlos Ahumada se despidió, al igual que el célebre gerente Antonio Fauro, siempre cercano a cada determinación deportiva. Era el tiempo del otro campeón del mundo, Daniel Valencia.

La “Rana” no pudo enderezar mucho un proceso que venía viciado. Solitario en decisiones, apenas aportó presencia. Talleres descendió al Argentino A y cuando Ateliers fue desapoderado, a otro rumbo. Entonces, empieza la era contemporánea de la actual conducción, con la Fundación Azul y Blanco.

Binello y el comité. El fideicomiso nombró en 2009 a Fernando Albareda como asistente deportivo, aunque sólo perduró unos meses. Víctor Binello fue quien armó el plantel en el Argentino A, tras la salida de Andrés Rebottaro y la confianza a Héctor Arzubialde. Empezó el conventillo: Talleres no asciende en 2011 y sale Gustavo Coleoni y para tomar el mejor camino, se opta por armar un comité de fútbol, con Diego Graieb a la cabeza. Esa idea terminó en escándalo no del todo clarificado incluso en la pretemporada. Al resto el comité lo conformaban el titular del Fondo Rodrigo Escribano; Binello; Héctor Chazarreta y Daniel Albornós, como representantes de la cantera junto al tercer campeón del mundo del ’78, Luis Galván, por el fútbol amateur. Fue un fracaso: vino José María Bianco y el equipo duró hasta que se le acabó la nafta, con Arnaldo Sialle, quien después sería protagonista exclusivo.

Salas, cielo e infierno. Ratificado Sialle, Salas encabeza los refuerzos y Talleres logra la primera alegría en 2013, justo en el Centenario del club. Campeonato meteórico y llegada a la B Nacional. Pero la euforia no duró nada, si en diciembre ya se había ido “Cacho” y se volvió a descender, después de la pésima determinación de sumar dos refuerzos inexistentes (Rodrigo Soria y Edison Torres) cuando la situación obligaba a no improvisar. ¿Consecuencia? De nuevo al Argentino A y Salas en la cuerda floja.

Ballarino y escándalo. Mario Ballarino había sonado tiempo atrás pero por algunos episodios no muy claros en el pasado, con porcentajes de jugadores a modo de pago (incluso está dentro de los máximos acreedores de la quiebra) y aplicó su rigor: no dudó en desbancar a Ghiso hace una semana y por actitudes despóticas, como golpear a un periodista, intimidando, por viejas rencillas judiciales que le fueron en contra. Y por eso se fue por la puerta chica, con la campaña deportiva en el fondo de la tabla y sin tanto margen ni paciencia.

Sin sucesores a la vista. ¿Quién vendrá? El Fondo de Inversión no planea un sucesor a corto plazo. Quedan 12 partidos para el ascenso directo y ya dio demasiada ventaja por improlijidades fuera de la cancha. No solo se requiere de criterio para estas decisiones, sino también la necesidad de definir un proyecto deportivo, dejar de lado cuestiones personales, porque nadie está por encima del club, y ser coherentes con ese camino. Por Talleres ya llevan 10 años pateando la pelota afuera y la realidad es tan lógica que no sorprende a nadie.

La dupla espera


La salida de Mario Ballarino como manager, guste o no, repercute también en la dupla Sergio Coleoni-Mario Obulgen, quienes manejarán el plantel de Talleres hasta fin de año, tras la salida de Ghiso. A pesar de que ambos llegaron al club en otras funciones antes de que Ballarino arribe a la institución albiazul, no están del todo sólidos, habida cuenta que fue el propio manager quien los confirmó y pregonó en esa responsabilidad. Incluso Coleoni habría puesto a consideración su salida, después de que se conociera la renuncia de Ballarino.

¿Llamaron a “Cacho”? El ex DT de Talleres Arnaldo Sialle firmó con Cipolletti, en el Federal A. Trascendió por parte de cercanos al DT que lo habían contactado del albiazul.