Arrancó una nueva temporada albiazul. En el inicio del Federal A, el equipo de barrio Jardín igualó 0-0 frente a Tiro en Rosario. Esta historia recién comienza.

Talleres es el club de la oportunidad. Y, como tal, necesita héroes. Uno, dos, tres. Los suficientes para llevarlo a la órbita que todos sus habitantes le demandan. Es el lugar donde lo urgente es ascender. Antes que se sepa la formación del primer equipo, como se completa el plantel y quienes son los rivales. Hasta los escenarios en los que le tocará jugar. Así es el Mundo Talleres, ávido de poder lograr ese sueño. Aunque el primer paso por la tercera categoría del fútbol argentino le haya durado cuatro años y se haya golpeado duro.

El plazo de casi cuatro meses y 14 partidos comenzó a correr ayer con el empate 0- 0 frente a Tiro Federal. Y esa presión lleva a que el jugador que porta la camiseta sea capaz de hacer posible el sueño albiazul. La palabra más conjugada por su hinchas. Deben surgir héroes. Por convicción o por obligación.

El molde es terrible. Ascender con Talleres puede ser el salto de calidad para la carrera de un futbolista, meterse en el bolsillo a esos feligreses que, ayer en el número de 2.500, fueron capaces de ir al barrio Ludueña, un domingo a las 11 de la mañana para acompañar la presentación albiazul.

No ascender significará un estigma que a muchos los hicieron volver para buscar revancha. Porque es Talleres. Y un héroe debe saber de qué se trata. Capaz de motivarse con las historias de sus próceres, de sus equipos. Que darle una mano en el peor momento también los hará grandes.

Se va armando. El marco va y viene en el desparejo campo de juego del estadio de Tiro. “El Negro” Martínez, el del porte de guapo, se bancó las patadas y fue capaz de darse vuelta con dos marcas y llegó al fondo para meter el centro de la “muerte”. Puede dar la talla, pero no puede ir a buscar ese mismo centro que tiró. ¿Patricio Rodríguez quizá? Por afuera metió varios desbordes; por adentro, encontró al “Negro”.

Agustín Díaz, jugador histórico albiazul, se bancó el descenso y continuó para volver subir. Junto a Barrionuevo también pueden dar ese plus que los blinde para siempre en el corazón de los hinchas. ¿Ivo Chávez? Un par de desbordes y más marca que juego no tienen que ver con la versión del jugadorazo que pareció ante Newell’s por la Copa Argentina.

Hasta que los requisitos se cumplan completamente la gente deberá conciliar ambas versiones. Que el lado bueno puede convivir con el malo. Que el camino será duro. Que hay condiciones y valores, pero que ayer faltó el pase a la red. Que a Talleres lo respetaron, que le dieron la pelota, que fue protagonista y se lo permitieron. Sin embargo, lo mejor quedó pendiente. Como el triunfo.

Hubo ausencias (Álvarez, Schenone Paz y Formica). Ni hablar de los que ya no están, como Klusener o Pavón. Pero ayer el aplauso bajó generoso. El 0- 0 fue injusto. No ganó y lo mereció. Talleres volvió a jugar tras 80 días por el torneo local y en poco más de 80 días puede volver a la B Nacional. O no. También debe vivir con eso.