La T, complicado en los promedios, recibe a las 18 a Ferro. Sergio Coleoni va de interino, porque aún no hay nuevo DT.

Las urgencias de Talleres no permiten perder otro tren, por eso salir a buscar los tres puntos hoy ante Ferro, a las 18 en el Kempes, es impostergable. Ya sin Rubén Forestello, que se fue sin victorias en su haber, y con Sergio Coleoni como técnico interino, la T necesita un triunfo para descomprimir y a la vez para revitalizar al grupo en la lucha por evitar el descenso.

El equipo lució una mejoría en San Juan, en la actitud y en lo futbolístico, por lo que gran parte de la base titular se repetirá. Seguirá en el arco Diego Aguiar, de buen desempeño ante San Martín, y el juvenil Cristian Pavón volvería a la titularidad en lugar del expulsado Elvio Fredrich.

Otro suspendido es Gastón Bottino (cinco amarillas), y como Rodrigo Cháves recibió dos fechas por su expulsión ante Gimnasia de Jujuy, volverá al lateral derecho Esteban Burgos. No serán los únicos cambios a los que apelará Coleoni, ya que anticipó que quiere imponer su impronta. Por eso volvería Juan Sánchez Sotelo por Juan Tevez en la delantera y en el medio la duda es Nery Leyes o Marcos Brítez Ojeda para el doble cinco con Agustín Díaz.

Para el banco están disponibles Pablo Santillo, Jesús Nievas, José Shaffer, Edison Torres, Ezequiel Barrionuevo, Fabio Álvarez y Tevez.

Además de las necesidades propias, es un momento oportuno para iniciar el repunte porque perdieron varios de los rivales directos en los promedios, caso Sportivo Belgrano (cayó en Misiones ante el alicaído Crucero del Norte) y Aldosivi (goleado en Mar del Plata).

En este Ferro con campaña de mitad de tabla, se destaca la veteranía de su zaga central, con Javier Paéz y Eduardo Tuzzio, y el aporte de gol de César Carranza, ex Belgtrano.

Entradas. Se venden el lunes de 10 a 15 en la Boutique y desde las 16 en el Kempes. La popular cuesta 65 pesos, menores, damas y jubilados a ese sector, 35. Platea Gasparini, 110 y Ardiles, 140 (menores, damas y jubilados a platea, $50).

El ambiente caldeado en barrio Jardín por la difícil situación albiazul hizo que se tomaran precauciones, como trasladar los entrenamientos al Kempes (los dos últimos, a puertas cerradas). Para esta tarde, el operativo policial se engrosará en el número de efectivos.

Película. A motivar al plantel. En la concentración, el plantel vio la película “Talleres, locura que enamora mi ciudad”. Para levantar el ánimo.

El tema "técnico". Recién entre el lunes y el martes habría novedades sobre el reemplazante de Rubén Forestello. Más allá de que no lo reconocen públicamente, en el Fondo de Inversión miran de reojo la situación de Ricardo Caruso Lombardi en Quilmes, hay charlas con Omar Asad y se reflotaría el interés por Leonardo Astrada.

En el caso de Astrada, estuvo palo a palo hasta el final cuando eligieron a Forestello. En ese momento, no vino porque no terminaba de definir algunas cuestiones personales.

“Tiene que ser un técnico con personalidad, que se haga cargo de la situación para absorber la presión, y que tenga jerarquía”, se explayaron desde la dirigencia albiazul.

Por otra parte, dejaron en claro que los candidatos con esas condiciones tienen trabajo en otros clubes o, por distintos motivos, no están dispuestos a venir a Talleres.

En ese sentido, se supo que Ricardo Gareca no aceptó iniciar un nuevo ciclo en el club albiazul. También fueron negativas las respuestas de Blas Giunta (motivos familiares), Rubén Gallego, Julio Falcioni y Martín Palermo.

En cuanto a Sergio Coleoni, lo suyo es un interinato hasta que se consiga al DT definitivo. Lo que no quita que pueda estar más de una fecha.

La opinión de Jorge Nahúm: Es hora de defender a Talleres. Con la misma resolución con la que el plantel respaldó a Rubén Forestello en el vestuario post derrota con los jujeños, y también en parte del encuentro con los sanjuaninos, ahora los jugadores deben defender lo más importante: la posibilidad de sostener a Talleres en la categoría, evitar la recaída a esa pesadilla que vivió hasta el año pasado en el indeseable Argentino A.

“Somos los principales responsables de este mal momento”, asumió Juan Pablo Avendaño, en quien los hinchas hacen blanco para deplorar una campaña paupérrima que no conoce de victorias en 2014 (queda claro que vencer a Chaco For Ever por la Copa Argentina fue un golpe anímico más mediático que real) y que lo coloca entre los peores del año y del campeonato.

Más que culpables, hay que encontrar salvadores. Más que lamentar los goles que no se hacen, hay que meterlos con los pies, con la cabeza o con el corazón. Más que reprocharse por no cuidar el cero en el arco propio, como en aquel inaudito 1-1 en tiempo cumplido contra Almirante Brown, hay que cerrarlo de una vez por todas, como decidieron cerrar la boca toda la semana.

Por que ya no alcanza con las palabras. Ya no hay excusas que sirvan de atenuantes ni tiempo para promesas. Hay que jugar y jugársela. Por la dignidad y la grandeza de un club que confió en ellos. Más que la palabra, los jugadores tienen la pelota en uno de los momentos más difíciles de Talleres. Ojalá que aparezcan las respuestas.