En la Boutique. La caída del domingo tuvo repercusiones ayer. Una treintena de simpatizantes, que se identificaron como “hinchas y socios”, insultó a los jugadores tras la práctica. Un fuerte operativo de seguridad les impidió entrar al estadio.

La traumática situación respecto al promedio del descenso en la que se terminó de sumergir Talleres, tras la caída en el Kempes con Gimnasia (J), tuvo repercusiones ayer en todos los ámbitos del club: plantel, cuerpo técnico, dirigentes, socios e hinchas.

Algunas se manifestaron puertas adentro, como entre los dirigentes del Fondo de Inversión, quienes decidieron llamarse a silencio, y los jugadores, quienes ya habían avisado luego del partido que durante el resto de la semana no harían declaraciones.

Pero las más críticas y alarmantes emanaron desde las redes sociales. En Facebook, principalmente, y Twitter, durante la mañana, numerosos hinchas llamaron a convocarse a las 18, en el entrenamiento del plantel en la Boutique, para manifestar su repudio a Forestello y a los jugadores.

Advertidos de la movida, Víctor Bustos, encargado de seguridad de Talleres, dispuso un fuerte operativo de control fuera de la cancha para evitar que los hinchas pudieran ingresar.

La práctica –a puertas cerradas, pero con acceso del periodismo al playón y no adentro del estadio– fue custodiada por dos móviles de la Policía apostados en las calles Lawson y Olimpia, respectivamente. Y, además, arrancó una hora antes, por lo que cuando comenzaron a llegar los simpatizantes –una treintena que no se identificó con La Fiel ni otro sector de la hinchada y sí como “hinchas y socios”– los futbolista ya habían ingresado al estadio.

Cuando se enteraron que los jugadores y el cuerpo técnico saldrían por el portón y la salida del estadio que da a Lawson, los hinchas, que se habían ubicado en la calle Olimpia, se trasladaron hacia la otra calle.

Allí se encontraron con una decena de uniformados que les imposibilitó el acceso a ese sector y que impidió que se acercaran a los jugadores que salían del estadio en sus vehículos.

Bronca e insultos. Con improperios e insultos de todo calibre, los hinchas fueron “despidiendo” a cada jugador que lograban identificar detrás de los vidrios polarizados de sus autos. “¡Den la cara, h... de p...”, “Nos estamos yendo al descenso y ustedes apoyan a ese técnico c...” (en referencia a Forestello), “¡Váyanse todos, ladrones!”, fueron algunas de los gritos que más se escucharon.

Forestello, debidamente “camuflado” y en el auto de un colaborador, fue uno de los primeros en irse, con lo que evitó la andanada de insultos. Marcos Brítez Ojeda, otro de los más apuntados por los hinchas, también logró salir por el portón trasero sin ser advertido. No sucedió lo mismo con Juan Pablo Avendaño, quien fue reconocido por los hinchas y fue objeto de una retahíla de insultos.

Uno de los pocos que se animó a salir por el playón y dio la cara fue Nery Leyes, quien recibió insultos de todo tipo. Ni siquiera un jugador del club como él se salvó del escarnio. Una muestra más que elocuente del clima de máxima tensión que se vive hoy en la “T”.