En la Boutique, el Santos le ganó a Talleres 2-1. Francisco Armenante, auto del gol "matador", no duda: "Fue un partido hermoso".

No hubo oposición en la directiva de Talleres. Había que pagar 15.200 dólares para presumir de tener en la Boutique al mejor jugador del mundo. Y aquel 7 de marzo de 1964, la apuesta de la comitiva que presidía Félix Curtino le salió redonda, porque las 10.405 entradas vendidas le permitieron recuperar con creces la inversión realizada y, de paso, el equipo fue un digno partenaire del cotizado visitante, ante el que cayó con un apretado 2 a 1.

“Fue un partido hermoso, bien jugado, porque ellos contaban con Pelé y un montón de buenos jugadores, pero Talleres también tenía lo suyo. Y para mí fue inolvidable, porque además de hacer un gol, me salió un gran partido”, cuenta hoy Francisco Armenante, quien con 71 años recuerda aquella jornada que le marcó su carrera deportiva.

La visita, que además de Pelé contaba con los campeones mundiales Gilmar y Mauro, asumió el rol de protagonista y a los 15 minutos se puso en ventaja con un gol de Toninho.

Ya en el segundo tiempo, y con Talleres intentando llegar al empate, Pepe sorprendió al arquero local Jesús Gallegos y lo venció con un remate desde cerca de mitad de cancha. A siete minutos del final, Armenante puso el descuento y sobre la hora Roque Taborda dispuso de la chance del empate en un mano a mano con el arquero Jaerci.

“El famoso conjunto brasileño –decía La Voz del Interior al día siguiente–, sin llegar a realizar una performance de ribetes sensacionales, dio una muestra de esa capacidad que lo ha llevado a ocupar en el mundo el primerísimo plano que hoy ostenta”.

Al final, “el Chiche” de tener a Pelé en la Boutique le dejó a la “T” un mojón referencial en su historia y, también, unos 4.000 dólares de ganancia. Porque todo salió de “10”, como la camiseta del genial brasileño.