El Albiazul, primer campeón del verano en Córdoba. Le ganó 2-1 a Instituto, se llevó la Copa Mundo D y entusiasmó con un rendimiento convincente.

A diferencia de hace un año atrás, cuando en la Copa de Verano pasada Talleres le ganó 2-0 a Instituto pero no pudo evitar que Belgrano se consagre campeón, anoche Talleres venció con autoridad a Instituto por 2-1 y logró adjudicarse el Triangular Copa Mundo D del que también participó Sportivo Belgrano.

Los dos equipos arrancaron el primer tiempo con más vértigo y frenesí que pausa. La pelota transitó muy rápido por el medio campo, y ni Vismara ni Torres en el sector central del mediocampo lograban hacerse de ella y clarificar el juego. Pero con el correr de los minutos, Talleres se fue asentando un poco más que su rival. Puso a Gabriel Carabajal fluctuando entre las dos bandas para que el equipo de Forestello pudiera aprovechar algunas indecisiones del fondo de la Gloria.

En el repaso de los primeros 40 minutos, se pudo contabilizar una llegada de De Miranda a los 9m; un cruce de Frontini cuando Klusener definía a los 12m, un cabezazo de Klusener arriba del travesaño a los 34m y una llegada de Bellone que definió mal a los 35m.

Pero a los 40m, una gran combinación entre Carabajal y Klusener por derecha terminó con un cambio de frente del “Gaby” para habilitar a Brítez Ojeda quien la clavó al segundo palo de Chiarini.

La Gloria acusó el impacto, quedó mareado y tres minutos después, en otra gran jugada de Carabajal, llegó el segundo. Éste llegó hasta el fondo por la izquierda, metió el centro atrás y ante la inercia del fondo de Instituto, Sánchez Sotelo la conectó a la red y llenó de estupor a la hinchada albirroja.

En el complemento, al buen trabajo de presión y de reducción de espacios hacia arriba que mostró en el PT, Talleres le agregó un funcionamiento defensivo casi óptimo.

Instituto no tenía quién tuviera la pelota, se hiciera cargo de ella y le diera una salida clara. A Talleres, en cambio, con sólo escalonarse ordenadamente desde atrás y teniendo la pelota en el medio, le bastó para anular cualquier intento de progresión ofensiva de la Gloria.

El ST, que había arracado áspero y desordenado, en pocos minutos fue absolutamente de Talleres, que solamente sobre el final del partido, después del gol de Favalli, tuvo un momento de zozobra que no opacó el triunfo ni aplacó el entusiasmo ni la ilusión de su hinchada.