A fin de año quedaría inaugurada la gradería “Centenario”, financiada por filiales y aportes del Fondo, que albergará a 800 personas. Costará cerca de 1.400.000 pesos. El dilema es la superficie arcillosa que demora la construcción.

En el predio de las 24 hectáreas avanza con firmeza la construcción de la “Tribuna Centenario” en la cancha principal, con capacidad para 800 personas, además de contar con vestuarios para hombres y mujeres, vestuarios y camarín de árbitros y utilería. Sin embargo, las obras costaron más de lo presupuestado y en materia de tiempo también, no sólo por el aspecto económico. Es que la fisonomía del suelo del complejo no es del todo apto para este tipo de construcciones, por alto contenido de arcilla, motivo por el cual, el avance se vio un poco limitado. José Carrara, arquitecto a cargo de las obras, cuenta a PODIO los alcances de este proyecto. “La idea nació en 2009 con un grupo de socios y los cálculos indican que podría habilitarse e inaugurarse a fin de año. Empezamos en enero. Los valores estimados fueron creciendo por las complicaciones del terreno pero igual avanzamos considerablemente. Va a ser un orgullo en el predio, pero no será tan fácil como esperábamos, porque se duplican los esfuerzos tanto de trabajo como económicos por la calidad del suelo y del agua”, agregó Carrara, quien aclaró que no percibe honorarios por su trabajo, ya que es fanático del Albiazul.

Financiación. El puntapié inicial de las obras fue dado por el gerente Osvaldo Taham y un grupo de socios, solventando el aporte inicial con rifas y donaciones de grupos como Viamonte y de las filiales puntualmente. Recolectaron cerca de 250 mil pesos. No obstante, fue necesaria la inyección de dinero de aportes, puntualmente del Fondo de Inversión. “La obra total costaría 1.400.000 pesos. Agradecemos a Taham por ayudar a dar el primer paso, y a Rodrigo Escribano e Ignacio Rinaldini, que negociaron con la constructora Astori materiales pretensados y pudimos poner los cimientos”, exclamó el arquitecto. Los planos indican que debajo de la tribuna habrá dos vestuarios equipados con lockers, duchas, depósito privado para maquinarias (calefacción), sala médica y camarines para los DT.

El suelo. “Hicimos un estudio geológico del suelo y nos encontramos con el problema en la calidad de la composición, porque el primer tercio es limo arcilloso y tiene poca resistencia por presencia de agua superficial, que hace que la dureza sea prácticamente nula. Tuvimos que perforar hasta 15 metros de profundidad para encontrar capas resistentes y poder armar las fundaciones. Solamente esa acción costó 150 mil pesos, para fundar 300 metros cúbicos, se destinaron 20 camiones de hormigón elaborado, entre pozos, cabezales y viga riostra”, especificó con claridad Carrara, además de cuestionar el armado de las construcciones y obras en el predio desde las gestiones de los gerenciamientos. “El primer obstáculo fue el suelo pero no el único, porque acá las anteriores gestiones hicieron todo de manera superficial. Algunas construcciones se hunden y tienen grietas, como el gimnasia y la cantina. Por eso, el segundo tramo de obras es colocar ocho bebederos, remodelar la cantina. Ya refaccionamos baños para mujeres en las canchas del fondo, para fútbol femenino e infantil. Hay mucho por hacer”, agregó.

- ¿Qué sucederá con las obras si se acepta el proyecto de Andrés Fassi, de trasladar el predio a otro lugar?
- Está contemplado. Se puede reciclar gran parte. El premoldeado es desmontable y se puede trasladar. Lo que no se recuperaría sería lo invertido en el suelo. De los materiales, como griferías, sanitarias, cerámicos, apenas un 20 por ciento se podría rescatar.

El predio de Talleres tiene una valuación estimada en casi 20 millones de dólares, según estimaciones de peritos inmobiliarios. Mientras algunos socios y cercanos a la dirigencia planean proyectar un salto de calidad en el complejo, con una mayor inversión, otros se inclinan por el proyecto que presentó el empresario Andrés Fassi, con la intención de trasladar el predio a otro sector de la ciudad, cercano a Fadea. Antes de fin de año, el cordobés de Pachuca volverá a insistir con su intención deportiva.

El agua, otro problema


Los recursos hídricos también representan un inconveniente en el complejo de las 24 hectáreas de Talleres. ¿Por qué? La zona sur se abastece de agua de canales del dique Los Molinos, viene de las quintas y no llega de la mejor calidad. Llega a cielo abierto y eso es proclive a que sea de mala calidad y sucia. Y en el predio, puntualmente, el líquido salitroso y tiene gran contenido de arsénico, pero lo peor es la alta cantidad de minerales que hace que el agua sea pesada y no sea conveniente para cultivo o sembrado. “Los minerales producen que el pasto se “queme”, por eso, se la mezcla con agua de red y con la de la laguna del predio, en función de que se disuelva y sea apto para el riego. Pero de todas maneras, es de mala calidad y el pasto que crece no es apto para la actividad deportiva de alto rendimiento. No es aconsejable del todo, se necesita siempre más esfuerzo, más semillas, para quede en condiciones óptimas”, destacó el arquitecto Carrara, quien además añadió que los riegos por aspersión no fueron colocados de manera óptima en el 2008. “Son 28 riegos por cancha, cinco hileras de siete aspersores, en cuatro canchas, y los radios de riego no alcanzan a abarcar la totalidad de la superficie. Se necesita un mínimo de 40 por cancha.

Inversión en “liquidez”. Desde 2010 en adelante, para paliar el suministro escaso de agua en el complejo, se invirtieron casi 400 mil pesos (destinados del dinero de la quiebra, previa autorización del fideicomiso y del tribunal, y con aportes del Fondo de Inversión) en el tanque australiano y la perforación del suelo, donde recién a 150 metros de profundidad encontraron depósitos de agua. Y los estudios indican que no tiene la calidad adecuada.