La barra de Talleres. La Policía, por orden de la Agencia Córdoba Deportes, le impidió a los hinchas el control de los estacionamientos.

“Le vamos a pedir a la Policía que los saque en el partido contra Sarmiento”, había adelantado a Mundo D el vicepresidente de la Agencia Córdoba Deportes, Ricardo Baffaro, cuando el pasado domingo, antes del amistoso frente a San Lorenzo, un periodista de este diario intentó estacionar en el playón norte del Kempes y un miembro de la barra albiazul “La Fiel” quiso cobrarle 40 pesos, con la supuesta autorización de Baffaro, según comentó el hincha.

La advertencia de Baffaro, quien desmintió tajantemente la cuestión y aseguró: “Con esa gente no tenemos nada que ver”, se cumplió ayer. Ningún miembro de “La Fiel” pudo acercarse a ese sector.

“Por orden de la Agencia, se trabajó para neutralizar esa situación y que el estacionamiento sea el de siempre. No lo manejó la barra y se hizo cargo la Agencia”, explicó el comisario mayor Walter Díaz, encargado del operativo de seguridad.

Además, Díaz dio la versión policial respecto de la razón por la que “La Fiel” no pudo ingresar al Kempes el telón gigante, como había anunciado en las redes sociales. “Llegaron tarde, a las 14, y sin la gente necesaria para desplazarla en el estadio. Necesitaban entre 70 y 100 personas para colocarla en la cabecera Willington y la platea Gasparini y tendrían que haber estado al menos dos horas antes. Pero nosotros no se lo impedimos. Ellos desistieron de hacerlo”, subrayó Díaz.

La Fundación “La Fiel” desmintió en Facebook esa explicación. “Fuimos a la cancha, llevamos el telón y no lo dejaron ingresar”. Y responsabilizó de la medida a Emeterio Farías, el titular de la Agencia.

“La responsabilidad de la policía de Córdoba y la colaboración de la Fiel evitaron el desastre que quiso provocar Emeterio Farías”, tuiteó la Fundación a las 7.45. Pero una hora antes, había posteado: “Emeterio Farías quiere violencia. Nosotros no”.

Entraron tarde. El grueso de la barra de “La Fiel” ingresó a la Willington en el arranque del segundo tiempo, sin trapos identificatorios ni con los paraguas que suelen llevar, se ubicaron en el sector superior y marcó una franja por encima de las escaleras, en la que no se ubicó público.

El comisario Díaz explicó: “Lo hicieron por su propia voluntad. No los obligamos. Al estadio y al portón de acceso número 3 lo hicieron custodiados, chequeados y requisados por nosotros. Y no hubo ningún incidente”.