Final polémico. La T se impuso con el discutible penal a Carabajal. Antes había sido parejo, pero el mérito albiazul fue buscar hasta el final.

De este lado de la pantalla, señora, la pena máxima (y la bronca, y la impotencia) de Sportivo Belgrano reclamando por el polémico penal de la derrota. De este otro lado de la pantalla, señor, la alegría máxima de Talleres festejando por ese penal que se transformó en el 2 a 1 agónico para una victoria clave. Para ser puntero en el Reducido por el ascenso. Para afirmarse como gran candidato a ganarlo.

Ese penal partió la tarde entre quejas y festejos. La rajó al medio por el estallido de rabia y de euforia, según de que lado se lo mire. Porque parecía empate clavado y Sportivo descargó su ira contra Juan Ignacio Bruno, al entender que el árbitro inventó a medias con Carabajal la falta en el área. Y porque Talleres consiguió la victoria de visitante que vale doble en este reducido, cuando ya no quedaba nada. Como tampoco quedaba nada en Tucumán la semana pasada, cuando Sportivo venció a San Jorge con un penal sobre la hora.

El empate era lo más justo, ya que la T se quedó en el segundo tiempo, acusando el rigor del desgaste por el clásico contra Belgrano. Sin embargo, el Verde se conformó rápido, se refugió atrás y olvidó que con el habilidoso Barrionuevo (y un tanto individualista) podía hacer daño. Mientras que los albiazules tuvieron el mérito de ir al frente, de rebelarse contra ese 1 a 1 que le dejaba sabor a poco. De apostar al reaparecido Carabajal para que sacara algún conejo de la galera (y vaya si lo hizo) en un cierre vertiginoso, cuando González Tapia casi pone el 2 a 2 y salvó Chávez sobre la línea.

Por eso el Kempes retumbó en azul y blanco, como eco del triunfazo ante Belgrano, ahora por derrotar a este bravo Sportivo. Ganó Talleres porque el Aguiar 2013 se ataja todo y sacó un cabezazo al ángulo de Aróstegui (la única que dispuso el goleador, disminuido en lo físico). Ganó porque disfruta de sus “9”, ya que Maxi Velasco entró por el suspendido Klusener y definió a lo goleador para el 1 a 0, en la mejor acción colectiva de la T en la primera etapa, armada entre Bottino y Chávez. Y eso que ayer Olego ni rondó por el arco.

Ganó porque cuando se le venía el Verde y el empate maduraba, sacó pecho Villarreal con su carácter, para disimular el cansancio de Bottino, la tarde opaca de un Tin Díaz que no lució en su nivel acostumbrado y los tibios intentos de Becica.

Ganó Talleres porque está de racha, con seis triunfos en cadena, Belgrano incluido. Y ganó porque sacó del banco los ahorros, con un Carabajal que paga en efectivo y que al mismo tiempo es un cheque en blanco para la ilusión detrás del ascenso. El Gaby encaró en la última jugada y se le cruzó la pierna de González Tapia, para desatar la polémica y la locura. La furia y el delirio. El descontrol y el carnaval. Depende del lado que se lo mire.

El árbitro polémico. Juan Bruno se retiró con custodia, insultado por todo Sportivo. El penal que cobró fue el centro de todos los reclamos.