Julio Ferreyra, médico de Talleres exhibe su museo de casacas, coleccionadas a lo largo de sus 35 años de profesión en el fútbol.

35 años de trayectoria de médico en el fútbol lograron que Julio Ferreyra, actual facultativo del plantel de Talleres consiguiera amistades de todo tipo. Confianza que, a su vez, la vio traducida en camisetas. Es que una habitación de su casa es prácticamente un museo de la colección de remeras, cosechando a lo largo de sus pasos por Racing de Nueva Italia, Belgrano y el albiazul. Amigos, ex técnicos, jugadores que tuvo a su cargo, lo recuerdan con cariño y le ofrecen un “souvenir” que mantiene con sobrada dedicación. “Tengo más de 190 camisetas, sin contar las que se perdieron en el camino o las que prestamos. Es un orgullo. La verdad, cuando empecé a tener nunca imaginé conseguir tantas, porque a la mayoría me las fueron regalando, no a todas las pedí. Es bueno saber que quienes te las obsequian, es porque conservan un gran recuerdo. Eso es gratificante”, confesó Ferreyra a PODIO, mientras exhibe la camiseta de Huracán de Rodolfo Graieb, una del Atlante de México de Diego Garay, otra de Richard Tabárez en Boca, la de Javier Malagueño en Málaga y algunas exóticas de su gira por Corea del Sur con Racing en el ’81.

“La primera de todas me la dio el “Araña” Amuchástegui en el ’77. Y la última, Ramiro Pereyra, de Guaraní, el domingo pasado”, explica, mientras revuelve los cajones para encontrar otra pieza rutilante de su tesoro: “Esta de San Lorenzo me la dio “Panchito” Rivadero. (Julián) Maidana me trajo del Inter de Porto Alegre. Aldo Osorio, la de Quilmes. Mis hijos Marcelo y Cristian me ayudan a seguir coleccionado. Es como un museo familiar”. A continuación, algunas historias relativas al tema.

El pantalón de Saviola.
No son todas camisetas las que conserva Ferreyra en su baúl. “Una vez en Talleres, contra River, me topé con Javier Saviola antes de firmar: “Me gustaría un recuerdo tuyo, sos uno de los mejores jugadores que vi en mi vida. Lo que sea”, lo intercepté. No me conocía, y me dijo “Si hago un gol le tengo la camiseta prometida a un dirigente”, me respondió. Justo le tocó el antidoping, me lo cruzo de nuevo y en una bolsita de nylon, me dio el pantalón”, “perdón, pero hice el gol, sólo tengo esto para darte”, me dijo, le estoy muy agradecido”.

Boldrini, recuperado.
“Ésta me la ofreció Ariel Boldrini. Jugando en Talleres, se lesionó festejando un gol ante Instituto, con fractura expuesta en su pierna izquierda. A los meses, cuando volvió a jugar, me regaló la 17 que usó ese día, porque entró de suplente. Me dijo que era en reconocimiento en todo lo que lo ayudé a recuperarse”, expresó emocionado Ferreyra.

Coloccini a la Selección.
Desteñida, sin publicidad, con un escudo de AFA, una remera de la Selección argentina cuenta con un espacio privilegiado en el armario. “Ésta fue cuando a Osvaldo Coloccini lo convoca Menotti a la Selección a una gira. Yo le decía que iba a llegar. Y cuando volvió al club, me la regaló. “Vos siempre me tuviste confianza”, me contestó”.

La de River, de Serrizuela.
“Con Racing fuimos al Monumental, perdimos con River en el último minuto, y José Tiburcio Serrizuela, a quien tuve en Racing, se cruzó toda la cancha, se sacó la remera sin que se la pida y me la dio. “Fuiste el mejor médico que tuve en mi carrera”, me dijo y me puse a lagrimear”.

Ledesma y Boca.
“A Pablo lo tuve de chiquito en Talleres, muy respetuoso siempre y apenas debutó en Boca me dijo que me tenía un obsequio. A los años me regaló la camiseta con la que debutó en la Copa Libertadores”.

La última, de Villarreal.
“A (Javier) Villarreal le dije que me regalara la camiseta la vez que haga un gol. Con esta proyección, reconoció que iba a ser difícil que haga uno, así que después del partido contra Racing, que jugó un partidazo, una de las figuras, me la regaló. Quizás a cuenta de futuros goles. Un fenómeno”.