...O ganar como sea. Agustín Díaz sueña una victoria de Talleres, no importa cómo. “Siempre se quiere ganar”, dijo el volante que se perdió el primer cruce por lesión.

El recuerdo está latente. Fue hace 120 días en el Kempes. El último, Racing, le estaba ganando el clásico por 2 a 0 al cabo del primer tiempo. Era, sin escatimar la exageración, una catástrofe.

La imagen de Klusener aprovechando un rebote de Godoy para poner el empate cuando solo quedaban segundos para que finalice el partido dejó dos sensaciones: La positiva, el temple para conseguir un empate cuando parecía que se quedaba con las manos vacías; la negativa, no haber podido ser superior a un rival que andaba (y anda) por los suelos de la tabla.

Agustín Díaz piensa, como lo hace con la pelota bajo la suela. Sabe que el partido de mañana, a las 21 en el mundialista, no es uno más. Más allá de que las chicanas de los hinchas intenten minimizarlo a una fecha más del calendario a cumplir, es la posibilidad para redimirse de aquella presentación que dejó sabor a poco. De demostrar porque una montaña de puntos separa un equipo de otro. “Es especial, sin dudas”, reconoce el enganche. “Más allá de que se juegue cada equipo en particular, este partido siempre se quiere ganar”.

El Tin se lo imagina. Le tocó estar ausente aquella octava fecha por lesión. Esta vez, de enganche o doble cinco, parece imposible que Sialle lo deje afuera. “Imagino un lindo partido, ellos necesitan mucho los puntos por lo que creo que van a salir a atacar, y a nosotros nos conviene que el rival salga a jugar, a intentar convertir, para que nos de espacios que podamos aprovechar. Ojalá se dé así”, augura el jugador de 24 años que lleva un gol en lo que va del campeonato (en el 2 a 2 de la fecha 15 antes Sp. Belgrano).

La lesión de Gabriel Carabajal lo dejó expuesto. Enseguida las miradas apuntaron a él como el jugador que tenga que verticalizar el juego de Talleres. Pero el oriundo de Carlos Paz considera que es el equipo el que va a hacer que su ausencia no se sienta. “Creo que lograr suplir a Gabi es algo en conjunto”, explica, y agrega: “Cada uno de los que estamos acá tenemos un poquito más para dar, entonces nos deja tranquilo que poniendo algo más de cada uno no vamos a tener problemas por su ausencia”. De todas formas, no gambetea la responsabilidad. “Vengo siendo regular y estoy conforme con lo que estoy haciendo, por eso no me siento presionado. Igual, siempre trato de dar un poco más”.

Se lo nota tranquilo, como quien sabe lo que hace, pero ansioso por saltar a la cancha.

Sabe que los clásicos dejan cosas importantes dependiendo el resultado y los dos equipos necesitan los tres puntos más allá de las realidades distantes. La T busca la clasificación y Agustín Díaz quiere ganar: “Ojalá que sea con un gol mío. En realidad, ojalá ganemos, como sea”, sueña.