Poder ofensivo. Los albiazules sacaron a relucir la contundencia de sus goleadores en Salta: Tres del “9” y otro de Olego, que lleva seis.

Al Talleres irregular de las últimas fechas le faltaba una victoria con chapa de candidato. Y la consiguió con un resonante 4-2 sobre Gimnasia y Tiro, el puntero que venía en un campañón. Triunfazo de la T, con tres goles de su artillero, Gonzalo Klusener.

La sorpresa que impuso Sialle en la formación la trasladó a los primeros minutos, al salir decidido al ataque frente al líder, de la mano de Agustín Díaz y con la velocidad, de extremo, del Gaby Carabajal.

Tal determinación le valió pasar al frente a los 10 minutos, cuando Carabajal cedió para Klusener, el misionero no llegó y apareció el otro goleador albiazul, Olego, para definir con un derechazo.

Gimnasia no salía de su estupor. En el primer cuarto de hora no llegó nunca y encima, perdió a su referente de área, la Cancha Zárate, quien salió lesionado y dejó su lugar al ex Belgrano, Juan Pablo Zárate. Pero por algo el Albo salteño está tan arriba y en la primera que forzó casi empata, con un cabezazo de Agudiak que obligó a una atajada tremenda de Aguiar.

Parecía que reaccionaba el líder, y sin embargo Talleres le dio otro golpe, apelando a su contundencia y a sus goleadores. Apareció Klusener para capitalizar un centro perfecto de Bottino y puso el 2 a 0 a los 20 minutos.

El amor propio mandó al frente al local, y un yerro de la zaga albiazul casi deriva en el descuento. Salvada de Trulls, “sobreviviente” de una defensa nueva que no mostraba seguridad y que pasaba sofocones en cada pelota aérea. De todos modos, Trulls y Massena formaron zaga desde la Primera local, ya habían jugado juntos en los últimos partidos del año pasado y de a poco se fueron asentando hasta terminar en franca mejoría.

Además, con el esquema flexible de adelantar por momentos a Santos como volante para liberar a Olego de extremo, el equipo de Cacho Sialle generaba más peligro. Y a los 35 casi factura de nuevo con un remate de Agustín Díaz apenas desviado. Era como para irse más tranquilos todavía al descanso, después del mejor primer tiempo en el torneo.

Sufrir y gozar. En el comienzo del complemento Gimnasia salió a llevarse por delante a la T, y afloraron las dudas de Aguiar. A los seis minutos Asencio, más enchufado, habilitó al Zárate ex Belgrano y definió con categoría. Se abría otro partido contra un equipo acostumbrado a golpear en los segundos tiempos. Pero Talleres también es de segundas partes y acalló al Gigante cuando Rodrigo López rechazó defectuoso y Díaz le dijo “tomá y hacelo” a Klusener, quien de nuevo la clavó a lo goleador, ratificando que estaba a full.

El puntero no se rindió y de la mano de Asencio rondó el descuento, como también Carabajal por poco anota el cuarto, de taco. Iban y venían, al filo de la navaja.

El final fue angustiante, porque Sáez acortó la distancia y ponía en llamas el área albiazul. Y el que apagó el incendio fue Klusener, en su noche del hat-trick.