Tocaba la pelota, y los silbidos condenatorios bajaban impiadosos por parte de los hinchas de Talleres. Y él, Lucas Godoy, que surgió en la cantera albiazul, sufría por dentro. Y como si el destino quisiera jugar con su pasado, a los 20 minutos del primer tiempo con un remate fino clavó un gol que fue una estocada al corazón de sus amigos hinchas de la “T”. Fue gol. Él pidió perdón, pero los silbidos se multiplicaron. “Me voy con un sabor amargo”, dijo luego en zona de vestuarios. Y agregó: “Cuando hice el gol no lo grité por respeto a los hinchas. Yo soy hincha, y respeto lo que digan. Yo salí de acá (por Talleres) con una situación rara en la que me tocó estar involucrado. Pasaron cosas. ¿Los silbidos? Respeto, la pasión es entendible”.