“No me gusta mucho hablar de los partidos. No lo hago cuando pierdo, menos lo quiero hacer cuando gano”, soltó el DT de Talleres, sobre el momento del equipo. Radiografía de un hombre poco locuaz, pero dispuesto al diálogo siempre.

Su rostro no se inmuta, ni en las derrotas y mucho menos en los triunfos. Más allá de los desahogos que le suceden en los electrizantes 90 minutos que acompañan a Talleres cada partido. Pero como conductor, puertas afueras al menos, muestra mucha tranquilidad y paciencia a la hora de declarar. Uno imagina que en la intimidad del grupo, debe pegar sus gritos y no debe ser fácil soportar su humanidad en momentos de cólera. La cuestión es que el Albiazul consiguió su segunda victoria en el campeonato, y de a poco, amaga con prenderse con el protagonismo que su historia demanda. “Hicimos un gran partido. Creo que merecíamos haber marcado antes, ante un rival de mucha jerarquía y que también tiene como meta el ascenso. San Martín fue muy duro. El grupo fue creciendo y todavía tiene que mejorar, pero el triunfo fue merecido”, acotó “Cacho”, casi en silencio, elogiando a sus jugadores.

Sin exabruptos. Su presencia da miedo, intimida, sin embargo, no es frecuente que enfrente a los periodistas. Acata las críticas, digiere, y es raro que responda con crudeza, aunque quizás su mirada indique otra cosa. Pocas ocasiones manifiesta repudio hacia los arbitrajes. Contadas veces lo hizo. Y sin embargo, sobresale su magnánimo discurso en las victorias. “Ganamos bien. Pero tampoco quiero hacer mucho alarde de esto. Recién empieza el campeonato. No me gusta mucho hablar de los partidos. No lo hago cuando pierdo, menos lo quiero hacer cuando gano”, respondió con sapiencia. Nunca un exabrupto. Ése es otro fiel reflejo de su personalidad.

Defensa de grupo. ”Hicimos las cosas mal”, “elegimos mal el último toque”, “Nos faltó definirlo antes”. “Nos equivocamos en los metros finales, en la definición”, “asumo la responsabilidad”, son algunas de las frases que suelta en cada entrevista. Difícil que critique al equipo. Por el contrario, a su modo, suelta alguna autocrítica, aunque a veces no se interprete como tal. La sinergia es fulminante. Y los dirigentes le respaldan su trabajo. Ni siquiera con la eliminación de la temporada pasada, se habló de un cambio de técnico. La era “Cacho” es la más prolongada desde que Talleres desembocó en el Argentino A. En el año del Centenario, se apuesta a todo o nada al ascenso. “Sé que se trata de un año especial pero nosotros vamos a hacer lo que nos corresponde, lo que esté a nuestro alcance para lograrlo”, dijo, sin tapujos, y sin tanta verborragia. Un perfil que seduce, y la confianza está de su lado.

31 partidos consecutivos lleva dirigidos Arnaldo Sialle en Talleres, siendo el DT con más cotejos en el Argentino A y B Nacional, superando a Roberto Saporiti (28 juegos). El anterior con más encuentros disputados fue Juan José López, en Primera División (2001).

En principio, Talleres visita a Juventud Antoniana, el domingo a las 16.30, en estadio a confirmar. Los incidentes que suspendieron el clásico salteño, motivarían a que se juegue en el Padre Martearena o en Gimnasia y Tiro.