Es leyenda. Daniel Willington en charla imperdible con Día a Día. La vida de un “prócer” del fútbol.

Se ríe a los gritos. Daniel Willington, el ídolo de Vélez y de Talleres empuña el volante, lo amasa. El ruido del motor ronronea con profundidad y suelta un alarido. Es un Mercedes Benz que está a punto de tirar tres tachos de basura cerca de Parque Patricios, Buenos Aires. El Daniel apenas ha pasado los 20 años de edad. Y acelera a fondo en el coche de Oscar Ringo Bonavena, el boxeador. El fanático de Huracán de Parque Patricios que le prestó el auto para jugar sus apuestas.

Así comenzó la charla de Día a Día con el ídolo de Talleres y de Vélez, repasando una vida que hoy llega a 70 años y que merece una charla larga, cafés mediante, en el living de su casa.

–¿Cómo se conocieron?
–En un boliche que se llamaba “La bola loca”, propiedad del padre de Piero (el cantante). Había varios muchachos como Brindisi o Babington y nos sabíamos juntar a jugar al bowling a la noche. Me apostó una botella de Chivas en el snooker. Lo maté, le gané en todo. Así nació, éramo como hermanos.

–Eran locos, locos…
–Era un pan de Dios. Yo tenía la misma locura de Ringo. Hablan de códigos, yo hablo de lealtad y de respeto. Y él la tenía.

–¿Y cómo llegaste a Huracán?
–Yo me iba a México y había dejado plata en el Veracruz. Me preguntó Ringo si me gustaría quedarme en Huracán. Y con Vélez ya no era lo mismo en ese entonces.

–Hoy podrías vivir en Liniers…
–Seguro, estaría trabajando allí. Pero mi forma de vivir es otra, me crié de otra manera. Cuando me fui de Vélez sentí que me echaban de mi casa después de diez años. Y si no hubiera sido por Don Pepe Amalfitani (presidente histórico de Vélez) no hubiera llegado a nada. Sin él no hubiera sido nada o quizás hubiera sido mucho más. Porque él no quería dejarme ir, era su diamante encontrado. Venían los equipos y él decía: “No, el cordobés de acá no se mueve”. Me quisieron de Boca, River, Santos de Brasil.

–Volvamos a Huracán, a Bonavena...
–Me agarró Ringo y me preguntó: “¿No querés quedarte en Huracán?”. Y me dijo que iban a hablar con el Flaco (Menotti). Vamos, hablamos y decía que cómo no me iba a querer.

–¿Cuánto puso Ringo?
–Nada. Eran todas mentiras de que me compró. Ringo venía de un año sin pelear y yo venía de un año de estar afuera. Entonces había que hacer una publicidad para llamar la atención y lo inventamos. Eso lo digo ahora. Nunca puso un mango ni fue dueño de mi pase, ni nada, ja, ja.

–¿Qué es lo mejor que te dio Vélez, más allá de un título?
–Me dio lo que soy. Fui a los 18 años y me formó como hombre. Fue algo maravilloso.

–¿Y no es que hay amigos que te llevan por mal camino?
–No, nadie le mete nada en la boca a nadie. Yo me tomo mi vino, me encantaba la ginebra con coca. Y me tomaba… no un vaso. Si no tomaba una ginebra con coca, cuando salía a bailar con una mina no sabía qué decirle.

–Siempre hubo tentaciones…–Mil veces me quisieron ofrecer drogas. Me han tentado y siempre me he ido, era algo a lo que le huía. No fumé ni un porro. Me supe valorar yo mismo. Quizás si me hubiera cuidado un poco más podría haber sido mejor, pero no sé.

–¿Y eso de Mirtha Legrand…?
–No. Son mentiras esas que estuve con ella… o no me acuerdo, ja ja. No me saqués mentira-verdad… Pero estuve con minas lindas, las del Maipo (vedettes).

–¿Y es un mito o no que el Daniel entró chupado a una cancha?
–Mentira. Yo salía hasta el jueves. Yo no podía entrar a jugar en ese estado, se me daba vuelta el mate...

–¿Qué fue Talleres?
–Me dio mucho, sentimientos, me dio posibilidades. A mi padre, a mí, a mi hermano, tuve la suerte de que mi viejo me hiciera debutar. Y conocí miles de Maradonas y Willingtons en esa época cuando jugué en Talleres. Hubo cracks en serio que lamentablemente no llegaron a nada.

–¿Qué es ahora Talleres?
–Un club ahora sufrido, con hinchas que se malcriaron. Vieron un fútbol que nadie tuvo. Hay clubes que cruzan la avenida y se apunan. Talleres dio la vuelta al mundo. Y hoy al hincha le toca este presente. Hubo mucha gente que le hizo mal. Ojalá que salga. Ojalá que esto cambie.

–¿Qué es Willington a los 70?
–Una persona que es feliz con lo que tiene, que lo quieren de todos los equipos de Córdoba.

–¿Qué deudas tenés?
–(Llora)… Mi deuda es no haber sido un mejor padre. No les di todo el cariño y la atención que ellos debieron tener, cariño de padre. Yo fui así.

–¿Ser Willington cómo fue?
–Fue muy grande, porque ya había otro Willington (Atilio, el padre). Soy un agradecido de la gente, de todos los que me han dado cariño, siempre. No sé qué mierda tengo que la gente me quiere.

La charla quiere seguir, muchas horas más, pero no se puede. Los tiempos siempre apremian.

–¿Qué número te gustaba usar?
–En Vélez el 10. En Talleres usé la 14. ¿Sabés que es el 14?

–No...
–El borracho, ja, ja.

Los looks del Daniel que marcaron sus épocas
Cuando pibe, amigazo hasta la muerte con Bonavena. “Hice guantes mucho tiempo con Ringo”, contó el Daniel. El ex jugador de Talleres y de Vélez tuvo muchos cambios personales y este hallazgo con esos bigotes tremendos, las cadenas, la camisa . Y la pose canchera con un retrato espectacular con la camiseta de la T. El Daniel marcó sus épocas en todos los momentos de su tremenda carrera.